Viernes 10 de julio de 2015, p. 8
Pamplona.
Golpes en la cabeza, la rodilla o las costillas, y algún codo roto, fue el resultado del tercer encierro, ayer, en las tradicionales fiestas españolas de San Fermín, donde los toros dejaron cinco heridos leves, según autoridades locales.
Encabezadas por Jubilado, gran astado negro de cinco años, las seis reses bravas golpearon y pisotearon a los temerarios corredores, deseosos de emociones fuertes, mientras recorrían tan rápido como les permitían sus piernas las calles adoquinadas de Pamplona.
Los heridos son cinco hombres de nacionalidad española con edades comprendidas entre 27 y 58 años. Jubilado los embestió antes de resbalar y caer con sus 595 kilogramos de peso sobre los corredores.
Pánico en las calles
Muchos vestidos con el tradicional atuendo blanco y pañuelo rojo al cuello, los hombres se empujaron unos a otros fuera del camino ante la llegada de los toros.
Hubo mucho pánico esta mañana. Salté sobre seis personas
, explicó Peter Milligan, estadunidense de 44 años originario de Nueva Jersey, quien corrió junto a su hijo de 18 años.
Uno de los toros me golpeó en la espalda con el morro y luego se fue. Todo el tiempo mi hijo estuvo corriendo un par de pasos delante mío
, agregó.
Nadie resultó corneado, pero los heridos fueron tratados en el hospital, informó el gobierno regional de Navarra en su parte médico diario.
Los astados, de la ganadería de los Victoriano del Río, cerca de Madrid, tardaron menos de dos minutos y medio en recorrer a toda velocidad los 846 metros que separan el redil de la plaza de toros de la ciudad donde iban a enfrentarse a los toreros y a la muerte.
Los encierros, que empezaron el martes pasado, se prolongarán hasta el 15 de julio.
Quince personas han muerto en estos encierros desde que comenzaron las estadísticas, en 1911. El más reciente en 2009, un español de 27 años corneado en el cuello, los pulmones y el corazón.