El mandato del sufragio
La izquierda, el derrotero
No al canto de las sirenas
na de las muchas hipótesis que se analizan por el resultado de las elecciones pasadas en el DF es el voto favorable a Morena, que no quita culpas al PRD y dejó limpios a los funcionarios a quienes se les quiere cargar el cambio en la geografía política de la ciudad.
Y es que esa hipótesis explica que el voto que no favoreció al PRD tiene que ver con el mandato de la ciudadanía hacia sus gobernantes, lo que obliga a la gente del gobierno central a tener una lectura impecable de ese sufragio, que esta vez fue algo más que poner una parte del gobierno en manos de alguien.
Es claro: las elecciones no sólo sirven para poner el destino de alguna comunidad en manos de este u otro personajes, sino que expresan la voluntad de la gente para que quien hubiera sido elegido siga el rumbo que promete el partido que lo impulsó, y en eso no hay, ni puede haber, ambigüedades. El voto panista todos saben qué rumbo toma; lo mismo que el sufragio que se otorga al PRD, cuando menos al sol azteca de hace tres años.
Las elecciones celebradas el mes pasado señalaron, sin duda, el rumbo que tendría que tomar el gobierno de la ciudad. Los capitalinos desecharon al PRD como partido insignia de la izquierda, y en su lugar colocaron a Morena, el partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador, y que a partir del mandato de la gente será el que indique el rumbo de la política en el Distrito Federal.
Puede ser que existan muchos confundidos que supongan, y con razón, que el fracaso del PRD o el triunfo de Morena es culpa de alguien en particular, pero lo obvio, lo irrefutable es que la elección le dijo, y muy fuerte, al gobierno de la ciudad que el camino es por la izquierda, y perder el rumbo sería un suicidio para el DF.
Sí, el voto en favor de Morena confirmó que los ciudadanos de la capital del país ven en la izquierda la mejor opción política; así lo dijeron hace tres años, cuando el candidato de la izquierda era Miguel Ángel Mancera, y así lo siguen mirando y no permiten desvíos. Por eso, y por ninguna otra causa, alejaron al PRD del poder.
Por eso decíamos que en la elección pasada el mensaje fue que la ciudad de México sigue por el camino de la izquierda, y ese mensaje debería tener la lectura correcta por parte de Miguel Ángel Mancera, para que las sirenas del lado contrario no le canten himnos falsos que lo hagan perder la brújula.
Así pues, la elección no habla de que ganó Morena y perdió el PRD, sino que la gente dio un mandato a sus autoridades, y ese mandato es claro, por más que se le quiera opacar con tesis confusas: el rumbo está por la izquierda, esa fue la voz del voto, y más vale escucharla, para después no inventar historias de lamentos lacrimosos ni de culpas fantasmas para esquivar una realidad más grande e inocultable. ¿Está claro?
De pasadita
Pues nada, que en el estado de México ya están a punto de convertir a la empresa Uber en algo legal. El gobernador, Eruviel Ávila, dijo que en aquella entidad se regularizará a los taxis de la empresa estadunidense, y con ello supone que se adelantará a lo que se haga en el DF con el problema de las empresas de transporte que trabajan casi libres de impuestos y al margen de cualquier reglamento que se impone a quienes prestan el servicio que conocemos como de taxi. Eso, el anuncio de Eruviel, nos cuentan, dolió en el ámbito del gobierno de la ciudad, donde todavía no se resuelve el problema, por más que las circunstancias en una y otra entidades sean muy diferentes.