Santiago de Chile.

Arturo Vidal, mediocampista de la selección chilena y del Juventus italiano evitó un juicio por conducir y chocar en estado de ebriedad y por ofender a la policía a cambio de una indemnización, donación de equipos deportivos y la suspensión de su licencia de conducir por dos años.

El jugador se presentó ante el juzgado de garantía de la comuna de San Bernardo, vecina a la capital andina, acusado de ofensas a uniformados, que se sumó a los anteriores cargos relacionados por manejar con 1.31 gramos de alcohol por mililitro en la sangre.

El juez de la causa, Claudio Ortega, explicó a Vidal que se hizo acreedor de las medidas alternativas por no tener condenas anteriores.

El jugador protagonizó un choque a bordo de un Ferrari nuevo la noche del 16 de junio cuando regresaba de un casino de juegos situado en la salida sur de Santiago de Chile, minutos antes de la hora en que debería regresar a la concentración de la roja, que participaba en la Copa América 2015.

La fiscal leyó textual en el tribunal las ofensas del mediocampista a la policía: “Pacos c... son unos vendidos. Yo soy Arturo Vidal, el jugador de la selección chilena. Te vas a cagar (vas a perjudicar) a todo Chile”.

A los carabineros chilenos se los conoce por el apelativo despectivo de paco. Vidal ofreció disculpas a la policía en el tribunal: Les falté el respeto, me descontrolé y no volverá a pasar.

La única medida de peso sobre el futbolista fue el retiro de su licencia de conducir durante dos años, válida sólo en Chile. Los otros cargos incluyen además de la indemnización y las disculpas la entrega de 100 uniformes deportivos y 100 balones a una escuela pobre; la donación de una camiseta usada durante la Copa al cuerpo de bomberos de San Bernardo, y dictar charlas motivacionales en centros de reclusión.

El monto del pago que se fijó para el conductor con el que chocó su Ferrari no se dio a conocer.

En redes sociales surgieron críticas por la forma en que el seleccionado eludió el juicio.

Por otro lado, se informó que Vidal, aficionado a carreras de caballos, compró un potrillo de dos años (Galiciano) por 155 millones de pesos chilenos, cifra récord, pues es la más alta pagada en la historia del turf nacional. También adquirió a Sankar en 66 millones. La prensa local aseguró que lo hizo con el premio obtenido por conquistar la Copa América.