Los avances obtenidos por México en los años recientes en materia de capacidades docentes, mejoras salariales y condiciones de las escuelas donde laboran no han sido suficientes y los logros educativos son limitados, afirmó el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), tras señalar que la evaluación de los maestros es una pieza clave para garantizar la calidad de la educación.

Además, esta calidad de la enseñanza pasa necesariamente por los maestros, por lo que resulta imperante reflexionar sobre los retos de su formación inicial y continua, sus condiciones laborales y, sin duda, sobre la evaluación de su desempeño.

Y es que hoy en día, la investigación educativa señala de manera reiterada el papel primordial que juega el buen docente en el logro de los aprendizajes de sus alumnos. Pero es preciso reconocer que la vocación no es el único ingrediente para que un maestro sea bueno, sino que requiere de un conjunto de elementos ligados entre sí.

Entre estos elementos está una adecuada formación inicial que brinde contenidos, habilidades, didácticas especializadas y capacidad de adaptación al contexto, así como un desarrollo profesional a partir de estrategias de formación continua, incentivos salariales y reconocimiento social.

En una carta publicada en el último número de la Gaceta, los consejeros de la Junta de Gobierno del INEE reconocen que la docencia no se vive en espacios homogéneos, sino en distintas realidades, donde el maestro trabaja en contextos diferentes, con alumnos con perfiles diversos y muchas veces en condiciones precarias de infraestructura. Variables que sin duda impactan su desempeño, y a las que se suman también otros factores asociados a su trayectoria sociocultural.

Incluso, los consejeros del instituto señalan que de acuerdo a los maestros, no sólo la deficiente infraestructura en escuelas y aulas son aspectos que influyen en el ejercicio de su profesión, sino también otros de naturaleza extraescolar, como la actitud e involucramiento de los padres, la migración, el trabajo infantil, el narcotráfico o la inseguridad.

Desde el INEE estamos convencidos de que la evaluación del trabajo docente es una vía factible para lograr que la calidad de la educación mejore, mas reconocemos que los docentes requieren acompañamiento y procesos que enriquezcan su vida laboral, señala la declaración de los consejeros del Instituto.

También advierten la exigencia de que la actualización de los docentes sea permanente, tanto para los que están en formación, como para aquellos que ya están en aula y frente a grupo. Esta actualización se debe hacer extensiva cuando hay cambios curriculares y de libros de texto.