Sociedad y Justicia
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Terminan doctorado en el extranjero 75% de posgraduados

Ni de uno por ciento, la producción mexicana de conocimiento en el mundo
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de julio de 2015, p. 30

La participación de México en la producción mundial de conocimiento no llega ni a uno por ciento, señala el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2013-2018; este indicador se refleja, entre otros, en los 29 doctores graduados que hay por cada millón de habitantes.

La Cámara de Diputados hizo una investigación sobre la fuga de cerebros que revela que, entre cada mil integrantes de la población económicamente activa, los investigadores mexicanos equivalen a un décimo de los que hay en países más avanzados.

El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública del órgano legislativo señaló en su trabajo que el PND establece la conveniencia de invertir en investigación científica y desarrollo experimental una cifra superior al uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). La referencia del pobre compromiso gubernamental fue 2012 –el último año de la administración de Felipe Calderón–, cuando se destinó sólo 0.5 por ciento, a pesar de la obligación constitucional que fijó como mínimo uno por ciento.

Tal inversión representó el nivel más bajo entre los miembros de la OCDE, e incluso fue menor al promedio latinoamericano.

El texto considera que un canal que ha facilitado la migración internacional de científicos mexicanos hacia el exterior es que han realizado posgrados en el extranjero, principalmente en Estados Unidos y Gran Bretaña.

Por ejemplo, para 2000 se calculó que 895 mil 515 mexicanos con educación terciaria residían en Estados Unidos, de los cuales se estimó que 6.6 por ciento tenía estudios de posgrado.

Entre las causas que originan que los posgraduados se vayan del país, 75 por ciento migró para culminar el doctorado y 12 por ciento por contar con una oferta de trabajo.

También, 85.2 por ciento de quienes realizan estancias posdoctorales en ciencias exactas, lo hacen en el extranjero. El documento centra la atención en la fuga de cerebros y resalta que en regiones y países con capacidades débiles en ciencias sociales este fenómeno llega a poner en peligro la enseñanza y la investigación.