En el país, durante los recientes seis años se destruyeron 950 toneladas de desechos peligrosos bifenilos policlorados (BPC), que se utilizaban como conductores de energía y que deben desaparecer del planeta, de acuerdo con el Convenio de Estocolmo.

Esto se llevó a cabo con el proyecto Manejo y destrucción ambientalmente adecuados de BPC en México, que realizan de manera conjunta la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México.

El reto principal del proyecto es que, a menos de 14 años para que se venza el plazo del Convenio de Estocolmo –que plantea la eliminación de estos compuestos–, se logre la total erradicación de los BPC en el país, meta comprometida por México como signatario de esta convención internacional, informó en un comunicado el PNUD.

Los BPC son sustancias consideradas residuos peligrosos por sus graves consecuencias en la salud y son parte de los compuestos orgánicos persistentes de la Convención de Estocolmo, la cual México ratificó en 2002, por lo que se deben destruir en su totalidad antes de 2028. En el país quedan alrededor de 30 mil toneladas de BPC por eliminarse.

Para suprimir estos residuos, el proyecto desarrolló un Sistema Integrado de Servicios de Gestión que, de manera eficaz, transparente y expedita permite la destrucción de BPC en todo el país, además de que cumple con las legislaciones internacional y nacional, agregó.

Explicó que este sistema permite que cualquier poseedor de estos compuestos pueda ingresar a la plataforma informática y tener acceso a los proveedores confiables y las rutas establecidas para la recolección de los residuos, con lo cual reduce los costos y fortalece la certidumbre de buen manejo de los desechos.

Esta experiencia deja un camino andado para que México elimine el riesgo de exposición a las poblaciones más vulnerables de manera eficiente y con un enfoque centrado en las personas, concluyó Marcia de Castro, representante del PNUD en México.