Canadá no aliviará la sed de EU y México, según Stratfor
el agua es cara de mover; los cambios de elevación requieren de bombeo intensivo de energía para su flujo. Imagen de la ciudad de MéxicoFoto La Jornada
n forma impactante Canadá, que pertenece a todos los esquemas irredentistas de Estados Unidos (EU) –OTAN/NORAD/Northcom/ Norteamérica/TPP/TTIP/TISA/Anglosfera/Mancomunidad financierista de la banca israelí-anglosajona, etcétera–, no ha podido ser arrastrada a la demencial bursatilización del agua, que contemplan el Banco Mundial y los megabancos de Wall Street/La City (Londres) como uno de los más suculentos negocios del siglo XXI (http://goo.gl/QlX6IW).
En mi columna NASA y UC-Irvine: mapa satelital de la dramática carencia de agua en el mundo
(http://goo.gl/mjWiA2) inquiría que no se colegía la razón por la cual Canadá, una de las máximas superpotencias hidráulicas del planeta, no contribuya a abastecer con agua fresca las regiones estresadas de sus socios comerciales en el TLCAN: EU y México
, al menos que oculten bajo la manga aviesos esquemas irredentistas del nuevo Norteamérica
.
A esta samaritana inquietud potable ya había respondido seis días antes Stratfor: Por qué Canadá no puede exportar su agua
a EU ni a México (https://goo.gl/GHAqbN).
A su juicio, la exportación hidráulica de Canadá a los sedientos EU (en su parte occidental; específicamente, California) y México, es inviable debido a dos pecados capitales: la oposición de la opinión publica canadiense a la bursatilización del agua (como materia prima) y a no ser rentable (¡supersic!)
.
Los ciudadanos canadienses son muy primitivos y no aceptan la postmodernidad de la privatización de los cuatro elementos de la naturaleza (tierra, fuego, agua y aire), ya que contemplan generalmente el acceso al agua como un derecho humano básico y se oponen a las tentativas de venderlo para su lucro
.
Canadá exporta un número generoso de bienes –petróleo, gas natural, fertilizantes y trigo–, pero se obstina en no hacerlo extensivo a su riqueza hidráulica, que concentra 7 por ciento de los recursos renovables de agua fresca del mundo con menos de uno por ciento de la población global.
Dejando de lado la militarización del agua por Israel y su polémica empresa estatal Mekorot contra los sedientos palestinos (http://goo.gl/3Wcml7), Stratfor, que suele sesgar sus comentarios en beneficio de la banca israelí-anglosajona de Wall Street/La City (Londres), se salta por el arco del triunfo los acueductos históricos del imperio romano y desinforma sobre las “dificultades logísticas y la falta de viabilidad económica –no sólo en Canadá, sino globalmente– que hacen rara (sic) la voluminosa transferencia de agua a larga distancia”.
Stratfor se inclina por el mayor negocio de la desalinización local y las opciones de reciclaje
, ya que el transporte de larga distancia hace cinco veces más cara el agua. A mi juicio, la desalinización y el reciclaje, debido a su tecnología acoplada, otorgan mayores ganancias a la banca israelí-anglosajona de Wall Street.
Con tanto parámetro financierista/economicista van a matar de sed al 99 por ciento de menesterosos del planeta con su misántropa política de costos y beneficios
.
Cita el proyecto de transportar agua desde Canadá a áreas de mayor demanda en EU
: North America Water and Power Alliance (Alianza Hidráulica y Energética de Norteamérica; Nawapa, por sus siglas en inglés), del que excluye deliberadamente a México, al que sentencia a su inevitable privatización del agua. ¿Bajo el esquema hipercorrupto de Conagua y su felón ex director David Korenfeld Federman (http://goo.gl/hFPmkC)?
Nawapa, que sus críticos financieristas tildan de faraónico, es un proyecto de manejo continental de agua propuesto por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EU y que en 1975 tenía un costo de 100 mil millones de dólares. Magnos acueductos han sido exitosos en China y Libia (uno de los motivos de su invasión por EU/Gran Bretaña/Francia).
Stratfor abomina los acueductos y arremete contra el magnífico Nawapa –que usaría las existentes vías fluviales, y series de nuevos canales, bombas, depósitos y otros elementos de infraestructura para redistribuir el agua en todo el continente
–, así como contra Great Recycling and Northern Development Canal of North America (Gran Reciclaje y Desarrollo de Canal del Norte: GRAND/GCNA).
Afloran las inconsistencias/incongruencias de Wall Street y su portavoz Stratfor sobre el irredentista esquema integral de Norteamérica
: viable para los hidrocarburos/finanzas/economía/seguridad/militarismo, pero inviable para el agua fresca.
Para la política de costos y lucro de Stratfor, el agua es cara de mover. El agua es pesada, y los cambios de elevación requieren bombeo intensivo de energía para su flujo
. Calcula que, a valor presente, el proyecto GRAND/GCNA sería de 800 mil millones de dólares con otros mil millones por año para su operatividad que colecta el agua fresca en la bahía James y la redirecciona al sur hacia los Grandes Lagos.
La obsesión de Stratfor por el lucro es inocultable: los amplios gastos deberían ser justificados (¡supersic!) si existiese potencial para las ganancias (¡supersic!)
, ya que los precios del agua no reflejan seguido un mercado tradicional de oferta y demanda
, por lo que los acueductos carecen de significado económico
.
Como si lo anterior fuera poco, aún en caso de viabilidad económica, para Stratfor existen restricciones políticas
insuperables, como son el sentimiento público y el ambiente político que prevendrían la exportación del agua
, por lo que Canadá mantendrá el control de sus recursos críticos de agua y no llegará a un acuerdo para ceder su control a su poderoso vecino del sur
(obviamente, EU, y no el emasculado “México neoliberal itamita”).
Rememora que tanto el tratado bilateral de libre comercio entre EU y Canadá como el tripartita TLCAN permitieron en un inicio la exportación de agua desde British Columbia por seis empresas privadas, lo cual fue impedido por la vigorosa resistencia publica
a su exportación.
El tripartita TLCAN no obliga a ninguno de sus participantes
a colocar un precio de mercado al agua en Canadá que abriría la puerta para una acción legal por EU o México
. ¿Del “México neoliberal itamita”? ¡Vaya broma!
Pese a que Canadá y EU comparten la administración de los recursos hidráulicos en la región de los Grandes Lagos, Stratfor sentencia que la política y la economía impedirán la bursatilización y la transferencia internacional del agua
, todo lo contrario a sus hidrocarburos.
El “México neoliberal itamita” no tendrá salvación hidráulica, si no la privatiza, según Stratfor (http://goo.gl/kPOHw1), además que se esgrime la idea de redireccionar su agua pletórica del sur (Chiapas) al noroeste de EU.
No estamos lejos de entrar a un juicioso debate sobre qué tanto los elementos comunes de la biosfera –el genial concepto del geoquímico ucraniano Vernadsky– son constitutivos de los derechos de supervivencia
, fase superior del desarrollo evolutivo de la organización biológica: respirar, beber, comer y dormir ( El lado oscuro de la globalización, página 454, descarga gratuita http://goo.gl/gNHyDW).
Se escenifica la eterna colisión maniquea entre la oscurantista globalización –que coloca al mercado
por encima del ser humano– y el luminoso humanismo, que posiciona al ser humano
en el centro de la cosmogonía universal y de la biosfera.
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