Opinión
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En un mundo conflictivo, aquí y allá
E

l rechazo europeo a renegociar la deuda de Grecia por un tiempo mayor, sin importar el destino de esta nación, nos confirma otra vez la verdadera naturaleza del sistema capitalista actual: primero las finanzas favorables a quienes ya tienen riqueza, segundo que se hundan en el abismo quienes carecen de recursos, y sin importar mucho las consecuencias que esa misma conducta tendrá para los hoy acreedores que probablemente mañana desfilarán en el estrado de los hoy deudores.

Así es el sistema, definido central y moralmente por una avidez que rebasa cualquier imaginación y que hoy coloca como jueces sentenciadores a quienes muy probablemente mañana serán los sentenciados. Así ha sido en las mayores crisis del sistema, en 1930, en 2008, y, sin embargo, el sistema continúa aun cuando favorezca cada vez más a los más ricos, a los menos, y deje de lado a los pobres, es decir, cada vez más a un mayor número de personas.

El sistema no funciona según la lógica de la solidaridad, sino según la lógica de la aventura, de la voracidad, la de lograr la mayor acumulación posible de riqueza en pocas manos sin importar que se extremen las desigualdades sociales, es decir, la acumulación en pocas manos, que por necesidad origina concentraciones descomunales de capital y es al mismo tiempo una eficientísima fábrica de pobreza y miseria, haciendo cada vez más pobres a los ya pobres.

Es por esa razón que se esperan crisis cada vez más agudas y devastadoras del sistema, sin que prácticamente ninguna voluntad opere para frenar su voracidad. Y es que parece haber desaparecido cualquier moral o sentido del honor hacia el otro, cualquier sentido de solidaridad. No encontramos voluntades relevantes en esa dirección, porque en su gran mayoría los poderosos de hoy han apostado por una hipotética acumulación de riquezas dentro del sistema, que les favorezca, lo cual naturalmente se produce sólo por excepción. ¡Si me puedo salvar yo, que el resto del mundo se hunda y vaya al carajo, parece ser la consigna dominante en el capitalismo actual.

Por supuesto esta moral y sicología dominante ha dado lugar a lo que se ha llamado polémica sobre el fin o no del capitalismo, que no parece originarse enteramente como autodestrucción, sino que requiere en el escenario de otros actores decididos a darle fin y a buscar alternativas. Pero esta discusión ya nos llevaría demasiado lejos...

2. Otra cuestión altamente relevante, que también se presenta en los límites de Asia y Europa, es la del conflicto entre Ucrania y Rusia, que parece cobrar cada día más fuerza y que muchos evocan, de uno y otro lado, como un tiempo de verdadera guerra fría.

Por lo pronto, Vladimir Putin ha declarado que será reforzado pronto el arsenal nuclear ruso, que se transformará cuantitativamente con un añadido de 40 cohetes intercontinentales, capaces de eludir cualquier sistema de defensa entre los técnicamente más avanzados del mundo. Con este mensaje el presidente ruso inauguró el martes pasado un foro técnico-militar internacional (armamentista) en la localidad de Kubinka, en las afueras de Moscú.

De otro lado, ésta resulta una buena noticia frente a la posibilidad de que Washington emplace armamento pesado: misiles de corto y mediano alcance, cazabombarderos F-22 y tanques en bases militares colindantes con el territorio ruso, en países del Báltico y Europa del este, ya que de llevarse a cabo supondría el mayor despliegue militar estadunidense en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Hasta ahora –así lo confirmó el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Aleksei Meshkov– no funciona ninguno de los programas de cooperación acordados entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). En este caso ocurrió todo de un modo lapidario: nos entregaron los conmutadores telefónicos por los cuales era posible comunicarse sin demora en caso de situaciones críticas, y ahí acabó todo, resumió Meshkov.

La creciente confrontación de Rusia con Estados Unidos y los países de la OTAN, que lleva el distanciamiento a niveles nunca observados y próximos a una ruptura definitiva, hace que se sitúe en primer plano la producción de armamento de nueva generación, que no tiene paralelo con los tanques Armata o los carros blindados Kurganets o Bumerang, cuyas primeras unidades fabricadas ya empiezan a incorporarse al ejército ruso.

La idea, de acuerdo con la explicación a grandes rasgos ofrecida el martes por Putin, es hacer invulnerable a Rusia, para lo cual –subrayó– es indispensable formar dos grandes nudos estratégicos con armamento renovado en torno a las potentes estaciones de radares que protegen el espacio aéreo del país desde el occidente y el oriente. En el mismo sentido, el general Aleksandr Golovko anunció la creación de las fuerzas aéreo-espaciales, nueva rama del ejército ruso, que se posiciona como un eslabón adicional del escalonado sistema ruso de prevención de ataques con misiles.

Pero habría que decir también que no todo son noticias positivas, ya que el precio que tiene que pagar Rusia para mantener la paridad nuclear se mide en personas que sobreviven por debajo del umbral de indigencia, o sea, sin tecnicismos, significa el incremento de la pobreza. Desde que comenzó la crisis –ocasionada por la caída del precio de los hidrocarburos y las sanciones por el conflicto de Ucrania–, el número de pobres en Rusia se incrementó en casi 3 millones de habitantes y alcanza ahora 16 por ciento de la población.

3. Resulta ya un mayúsculo escándalo público, tanto de orden nacional como internacional, el incremento en México de la tortura como modo de obtener confesiones de crímenes, cometidos o no, lo cual, para comenzar, resulta un siniestro atropello a los derechos humanos de los mexicanos y una clara violación a la Constitución general de la República. Lo malo es que el gobierno lo niega, encabezado por la Secretaría de Relaciones Exteriores, cuando en México es una especie de vox populi que todo mundo conoce y denuncia. ¡Hasta ese punto ha llegado el gobierno de la transparencia, que cada vez se convierte en más mentiroso y cínico!