Las grandes empresas privadas que operan en el país redujeron en 4 mil 100 millones de dólares el saldo de su deuda con el exterior en los primeros tres meses de 2015, en una carrera contra el tiempo para evitar que la inminente alza en las tasas de interés que emprenderá el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) las coloque en situación de riesgo por el encarecimiento del dólar y el impacto que tendrá en la moneda mexicana el movimiento de capitales hacia aquel país, en algún momento del segundo semestre del año.

Según informes del Banco de México, el monto del endeudamiento externo del sector privado no financiero fue de 110 mil 900 millones de dólares al término del primer trimestre de este año, cantidad 3.6 por ciento debajo del saldo que tuvo en diciembre de 2014, el cual fue de 115 mil 100 millones de dólares.

Sin embargo, el saldo de la deuda externa de las empresas privadas que operan en México se mantiene elevado, al situarse en 18 mil 900 millones de dólares superior al que tuvo al inicio del actual sexenio, en diciembre de 2012, cuando ese débito, que implica costos financieros para las empresas por los intereses que genera en el tiempo, se ubicaba en 92 mil millones de dólares.

En este contexto, el gubernamental Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero, que preside la Secretaría de Hacienda y en el que participan el Banco de México y los titulares de los órganos reguladores, ha hecho un llamado a los corporativos privados a evaluar cuidadosamente su situación de deuda externa, a fin de identificar los riesgos a los que están expuestos y tomar medidas para mitigarlos.

Al analizar la evolución de las exposiciones en moneda extranjera de las empresas no financieras, en su más reciente reunión los integrantes de este consejo consideraron que si bien no existe un problema generalizado es importante que las empresas que han emitido deuda en moneda extranjera en los últimos años, evalúen cuidadosamente su situación, en particular en función de su ingreso esperado en moneda extranjera, a fin de identificar con claridad los riesgos a los que están expuestas y tomar medidas para mitigarlos.

La proclividad de los corporativos privados a buscar financiamientos en el exterior fue una respuesta a lo barato del precio del dinero, por la política monetaria de bajas tasas de interés iniciada en 2008 por el banco central estadunidense para enfrentar la crisis económica que comenzó ese año.

Aun así, el pago de los intereses ha mantenido una tendencia ascendente desde 2008, pero relacionado principalmente con la emisión de bonos de deuda colocados en el exterior y, en menor proporción, por la contratación de créditos.