Sociedad y Justicia
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Realizan del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino la 37 Marcha del Orgullo

Miles celebran avances en derechos humanos de la comunidad LGBT

Instan a seguir la lucha por construir una sociedad incluyente y por la identidad de género

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La movilización fue una mezcla de fiesta y protestas. Exigieron a la Iglesia respeto a las decisiones del EstadoFoto Vìctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 28 de junio de 2015, p. 29

Ahora nos podemos casar nosotras también, comentó Miram mientras tomaba de la mano a su novia. La pareja vino del estado de México a participar en la 37 Marcha del Orgullo Gay. Considera que la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno a que las legislaciones estatales no pueden reducir el matrimonio a la unión de un hombre y una mujer es un avance en el camino hacia el respeto a la diversidad.

Ellas y miles de personas más hicieron de esta movilización una mezcla de fiesta y protesta. Besos, vestidos de cóctel y arcoíris en banderas, pulseras y sombrillas era lo que más había alrededor del Ángel de la Independencia, punto del que a eso de la una de la tarde arrancó la marcha.

Algunos de los más exitosos eran los hombres transexuales que este año encabezaron la marcha, porque prácticamente no daban dos pasos sin que alguien les pidiera una selfie.

Justicia para Ayotzinapa, claman

Antes de partir hacia el Zócalo, las organizaciones coordinadoras de la marcha leyeron un manifiesto en el que exigieron justicia para los normalistas de Ayotzinapa y luego de asegurar que no permitirán que los derechos civiles sean sometidos a consulta pública, exigieron a las autoridades religiosas respetar el Estado laico.

Héctor Almaraz, integrante del Comité Incluye-T y coordinador de la marcha, leyó el texto que hablaba del placer que significa para todos celebrar los avances que han alcanzado en materia de derechos humanos y de la urgencia para seguir luchando por la construcción de una ciudadanía incluyente, por el derecho a que el Estado reconozca la identidad de género de cada persona.

Quizás el grito más sonoro fue cuando los asistentes pidieron justicia para los normalistas de Ayotzinapa y sus familias. Luego vino un mensaje para las autoridades religiosas y aquellos que sostienen que las mayorías no aprueban los matrimonios entre personas del mismo sexo: No permitiremos que nuestros derechos y los de todas las personas se sometan a consulta popular, dijo Almaraz y exigió que las iglesias, en especial la católica, respeten los asuntos del Estado.

Después, muy lentamente, empezó el desfile. Como en otras marchas, aparecieron los encapuchados. Pese a que traían cadenas y unos látigos que hacían chasquear, no agredieron a nadie. Eran cerca de 30 de hombres y mujeres vestidos con trajes y máscaras de cuero negro. No es violencia, es placer.

Otro grupo de BDSM (que significa bondage, disciplina, dominación, sumisión y sadomasoquismo) marchó unos metros más allá. Estos sí repartieron azotes al que se los pedió y a uno que otro desprevenido, pero a los golpes seguían las risas.

Coronas multicolores

También hubo muchas coronas multicolores que repartió una cadena de hamburguesas. Esta empresa y su competencia, ambas de origen estadunidense, fueron prácticamente las únicas que adornaron varias de sus sucursales con los colores del arcoíris de la diversidad, pues prácticamente ningún otro negocio de Paseo de la Reforma se unió a la celebración.

Entre foto y foto, la marcha tardó más de tres horas en llegar al Zócalo, que estaba a medio ocupar por camiones y el personal que desmontaba la escenografía utilizada horas antes para una exhibición de coches de carrera. Como no había espacio, el escenario donde se llevó a cabo el festival musical con el que culminó la marcha quedó arrinconado en la esquina sureste de la Plaza de la Constitución.