Un malestar abdominal que le sobrevino en la madrugada del viernes propició que el presidente Enrique Peña Nieto fuera intervenido en el Hospital Central Militar, donde le fue extirpada sin complicaciones la vesícula biliar.

La víspera, el mandatario canceló dos actividades: su participación en la carrera atlética organizada por el Estado Mayor Presidencial y la inauguración de la exposición monumental en torno a la obra de los maestros Miguel Ángel Buonarroti y Leonardo da Vinci, en el Palacio de Bellas Artes.

Ayer, antes de las 10 de la mañana, Los Pinos emitió un boletín sobre el estado en que se encontraba el paciente: “durante la madrugada de este 26 de junio, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, sufrió un malestar físico, por lo que acudió al Hospital Central Militar, donde a las 7:30 horas fue intervenido quirúrgicamente con el propósito de extraerle la vesícula biliar.

El procedimiento se llevó a cabo exitosamente y el Presidente salió del quirófano hacia las 8:25 horas de la mañana. La evolución posoperatoria ha sido muy favorable. El primer mandatario ya se encuentra en su habitación del hospital y se reincorporará a sus actividades el próximo lunes 29 de junio.

En el documento se citó al mediodía a rueda de prensa en el nosocomio ubicado en Lomas de Sotelo. Tanto el vocero presidencial, Eduardo Sánchez Hernández, como el director de información de Los Pinos, Roberto Calleja Ortega, así como el general de brigada médico cirujano Fernando Arcaute Velázquez, director del Hospital Central Militar, y el coronel médico cirujano Héctor Faustino Noyola Villalobos, quien es jefe de la división de cirugía del Hospital Central Militar, coincidieron en el estado de cabal salud del mandatario.

Inflamación sin cálculos

Arcaute expuso por qué el equipo de cirujanos militares decidió intervenir al Presidente: “Hoy, a las 7:30 horas, fue intervenido quirúrgicamente el señor Presidente de la República […] por presentar un cuadro clínico de colecistitis aguda alitiásica, esto es una inflamación súbita de la vesícula biliar, no relacionada a cálculos.

Fue operado por mínima invasión, conocido también como cirugía laparoscópica, realizándose una colecistectomía, que es una extirpación de la vesícula biliar, procedimiento que se llevó a cabo sin incidentes, accidentes y/o complicaciones, con una duración de 50 minutos. La evolución postoperatoria es, hasta el momento, adecuada y se espera continúe siendo satisfactoria. Y se estima que el señor Presidente permanezca hospitalizado 24 a 48 horas, dependiendo de su evolución.

Se le preguntó al director del hospital si tenía conocimiento de algún otro padecimiento del paciente y explicó: No, definitivamente. No. Definitivamente no. Es una persona que goza de una cabal salud, misma que tuvimos el día de hoy la oportunidad de ver para poderlo valorar para la operación. Es una persona que tiene una serie de actividades intensas y goza de una cabal salud. No tengo definitivamente ningún dato que muestre algo en contrario.

Ejercicio y alimentación

También el vocero presidencial refirió a la salud del mandatario: “Se encuentra muy bien. El Presidente, de hecho, se reincorporará a sus actividades normales el próximo lunes, lo cual habla de su capacidad de recuperación. Me decía el doctor Noyola que afortunadamente –dado que el Presidente hace ejercicio continuamente y a que cuida su alimentación– la operación fue practicada sin contratiempo y su recuperación después de esta intervención quirúrgica ha sido realmente muy favorable”.

El coronel Héctor Faustino Noyola Villalobos fue quien intervino a Peña Nieto, dada su capacidad manifiesta en cirugía hepatobiliar y su experiencia como jefe de la división de cirugía del Hospital Central Militar.

El general Arcaute señaló que en el nosocomio a su cargo se cuenta con toda la tecnología, con todos los avances y con toda la preparación para hacer frente al tipo de problemas y enfermedades como la atendida al mandatario, por lo que en ningún momento estuvo en peligro su vida.

Fue Eduardo Sánchez, quien descartó que Peña no pueda ejercer sus funciones como jefe del Ejecutivo federal: El Presidente, como decían los médicos que lo atendieron, está consciente, está en un periodo de convalecencia. Sin embargo, está al frente de su responsabilidad y no está, bajo ninguna circunstancia, impedido para poderlo hacer.

Más tarde, Joaquín López Dóriga entrevistó a Peña Nieto, quien al inicio de su convalecencia reveló el estado en que se encontraba.

La verdad es que me siento bien, física y anímicamente. La verdad es que ayer por la madrugada tuve molestias muy agudas. No quise dejar espacio sin revisarme. Creo que fue oportuno y conveniente de una vez haber dado paso a esta cirugía. Y que va a permitir, yo creo, tener una pronta recuperación, estar listo para el próximo lunes, que nos visita el rey de España y su esposa. Y poder estar nuevamente en actividad normal y ordinaria.

–¿No había sentido ­molestias?

–Hace tiempo, y la verdad es que antier, tuve ayer una molestia que nunca la relacioné con este tema. Perdón, sí antier, antier, y ayer por la madrugada, de hecho ayer tuve el día normal, actividad regular. No quise esperar y me vine rápido al hospital militar, para que me revisaran, y la recomendación médica fue que en algún momento había que hacer la cirugía, que era un buen momento. Y dije: de una vez.

–Y quién está en el timón en este momento que el Presidente está operado –se le preguntó.

–No, pues el Presidente. Yo no estoy ni inválido, ni discapacitado. No tengo ninguna discapacidad. Estoy al frente de esta actividad. Estoy en un proceso de convalecencia normal.

Segunda cirugía

La de ayer fue la segunda intervención quirúrgica al presidente Peña en el Hospital Central Militar, la primera en su mandato ocurrió el 31 de julio de 2013, cuando se le retiró sin contratiempo un nódulo tiroideo benigno. Desde entonces al mandatario se le prescribieron de manera permanente pastillas de sustitución hormonal tiroidea.