o obstante su importancia, parece que fue a dar a la basura la información del encargado de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado (Coddehum), Ramón Navarrete Magdaleno, en torno de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa el 26 y 27 de septiembre pasado.

A ocho meses de la tragedia de Iguala, Navarrete Magdaleno declaró que el organismo que encabeza no encontró en las instalaciones de la policía municipal de Iguala ningún indicio de que los estudiantes hayan estado en barandilla, en tanto el juez municipal que se encontraba de guardia la noche de los hechos, Ulises Bernabé García, afirmó en declaraciones hechas a la revista Proceso que los jóvenes en ningún momento fueron remitidos a barandilla y ningún policía de Cocula había ido por los supuestos detenidos, refutando así la versión oficial tras la cual se ha parapetado la Procuraduría General de la República (PGR) para concluir que los muchachos fueron asesinados por la delincuencia organizada e incinerados en Cocula.

Valdría la pena, por una parte, indagar por qué Navarrete Magdaleno guardó silencio durante todo este tiempo, cuando, de haber aportado esa información en su momento las investigaciones seguramente hubieran tomado otro rumbo.

Conveniente sería que la PGR llamara al ombudsman para indagar los motivos de su silencio y, si procede, procesarlo; aunque es de dudarse porque, de entrada, ya se echó por tierra su tan insistente versión de que policías de Cocula fueron por los normalistas a Iguala para luego entregarlos al crimen organizado. Si no fueron los policías, la PGR tendría que explicar quién lo hizo realmente.

De tomarse en cuenta las declaraciones del ex juez de barandilla y las de Navarrete Magdaleno, tal vez la PGR tendría que crear otra historia más creíble, pues la actual ya se desmoronó. Quizás por eso mismo guarda silencio. Los diputados locales que dan curso al proceso para designar el nuevo ombudsman no deberán pasar por alto el comportamiento de Navarrete Magdaleno, quien aspira a convertirse en el titular de la Coddehum.

No deja de sorprender que las organizaciones que reclaman la presentación de los 43 hayan tomado con tanta resignación las revelaciones de Navarrete y Bernabé.