El presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla, espera que el titular de la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas, Rosalío Alvarado, le informe lo ocurrido en el Mundial de Polonia para menores de 20 años, al que acudieron halteristas nacionales la semana pasada.

El dirigente fue interrogado sobre el mal trato que denunció Jennifer Cantú del federativo, quien la llamó traicionera y la amenazó con expulsarla, no sólo de la representación nacional, sino de la disciplina.

El dirigente olímpico expuso que, a reserva de conocer la situación, de ninguna forma es aceptable que alguien ofenda a los competidores por ninguna razón, ya que ambas partes –atletas y dirigentes– deben regirse por los códigos de respeto vigentes, por lo que buscará conversar con Alvarado para saber lo que ocurrió.

Negó que se haya prohibido a la halterista ingresar a las instalaciones del Centro Deportivo Olímpico Mexicano –quien dijo que pasó la noche en un hotel cercano al lugar–, porque “aquí siempre admitimos a deportistas con o sin acreditación, nacionales o extranjeros, y no dejamos a nadie afuera, aunque al día siguiente veamos de quién depende. Esa versión no es correcta.

Siento mucho esta situación. Conozco a Jennifer, estuve en los Juegos Olímpicos de la Juventud con ella. Todo esto nos preocupa y tenemos que ver lo que pasó e imponer límites y correctivos necesarios, si es el caso.

No es la primera ocasión que Rosalío Alvarado enfrenta una situación de este tipo con sus agremiados, ya que en el pasado tuvo diferencias con Lino Montes y con Luz Mercedes Acosta.