A Jennifer Cantú Iglesias, campeona nacional de halterofilia, le duele haber quedado fuera de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 “por un mal día en el que me blanquié –sin puntuación en el Mundial de Polonia–”, pero le preocupa más que el presidente de la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas (FMLP), Rosalío Alvarado, cumpla su amenaza de expulsarla del equipo nacional.

Fue la combinación desafortunada de diferentes hechos lo que la llevó a fallar en la competencia polaca para menores de 20 años, porque su federación le sugirió participar en la división de los 75 kilogramos, cuando su categoría natural es la de los 69, lo que le afectó y la condujo a una decepcionante actuación.

Vía telefónica desde Monterrey, Cantu narró que apenas terminada la competencia, Alvarado la reprendió por su mal resultado y de inmediato la expulsó: “Quizás en un arrebato de coraje, pero me dijo ‘qué hiciste... qué hiciste... traidora’, y me separó del equipo. A mis compañeras les dijo que no me hablaran para nada”, lo que acentuó su mal estado anímico por haber perdido el boleto a la justa continental.

Al dirigente parecen no importarle las medallas de oro que ha obtenido la competidora en diferentes latitudes, ni que en diciembre pasado haya sufrido una severa lesión en la pierna, de la que se estaba recuperando, aparte de otros malestares previos a la competencia, porque la hizo a un lado y el maltrato llegó al extremo cuando no le permitieron –por órdenes del federativo– tomarse la fotografía con el equipo nacional por el bronce obtenido en equipo en el referido certamen.

Jennifer Cantú argumentó que fue obligada a competir en una categoría mayor a la suya y por eso fallóFoto Conade

Agregó que la hija del dirigente, “Nadia Alvarado Perales –quién es juez internacional en ese deporte– se me acercó para decirme que había intentado detener a su papá, pero no le hizo caso”, además, se enteró, por algunas compañeras, de que se refirió a ella como esa pinche vieja en más de una ocasión.

Sin embargo, los problemas de Cantú no terminaron allí, ya que a su regreso al país le prohibieron la entrada al Centro Deportivo Olímpico Mexicano, porque ya no estaba en la selección, y debió hospedarse en un hotel cercano al lugar y esperar a que el Instituto del Deporte de Nuevo León tramitara su regreso a la entidad, porque fue abandonada a su suerte por órdenes de Alvarado.

La halterista se realizará un estudio médico en la pierna para determinar el grado de lesión que tiene y para confirmar que puedo seguir en este deporte que tanto me gusta y me apasiona, además de informar de la situación a Alfredo Castillo, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, para que tome cartas en el asunto.

Aunque desde el lunes llegó a Monterrey, hasta ayer no había tenido ningún contacto con el Instituto del Deporte de la entidad, pero espera que ya esté enterado de lo ocurrido y le brinde el apoyo necesario para seguir en la halterofilia.