Con la exigencia de poner alto a la guerra contra el pueblo, ayer se realizó la marcha conmemorativa por el 44 aniversario de la matanza del 10 de junio de 1971, conocida como el halconazo, sin que ocurrieran actos de violencia.

La movilización concluyó con un mitin en el Zócalo de la ciudad de México en el que integrantes del Comité 68, padres de familia y estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, así como una decena de organizaciones, denunciaron la abierta represión de diferentes niveles de gobierno, que se repite en todo el país, así como la persecución y criminalización de la protesta social.

En nombre de los organizadores, Félix Hernández Gamundi, del Comité 68, aseguró que nunca es tarde para pedir justicia, en alusión a la matanza del 10 de junio de 1971, en la que se estima que más de cien personas perdieron la vida y permanece impune.

Orador principal del acto, Hernández Gamundi exigió que se ponga fin a los actos represivos. Presentó una larga lista de agravios y violaciones a los derechos humanos, que en el pasado tuvieron en las matanzas del 2 de octubre de 1968 y 10 de junio de 1971 las acciones más crueles.

Hoy, lamentó, tenemos que agregar a la cuenta de la guerra contra el pueblo la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, las ejecuciones de Tlatlaya y los hechos recientes ocurridos en Chilapa y Tlapa, Guerrero, así como el ataque contra estudiantes de la Universidad Veracruzana.

Ante cientos de personas que ocuparon una parte del Zócalo, Hernández Gamundi sostuvo que para solucionar el contexto de violencia es necesario construir una democracia real, popular y participativa, y un nuevo modelo de país.

Omar García, estudiante de la Normal Rural de Ayotzinapa, anunció que el viernes 26 de junio, a nueve meses de la desaparición de sus compañeros, se realizará un encuentro cultural de 43 horas en la explanada del Palacio de Bellas Artes.

La Jornada de Acción Global por Ayotzinapa –la decimotercera– incluirá una marcha, cuyo trayecto está por definirse, entre la Secretaría de Gobernación y la Plaza de la Constitución.

Ayer estudiantes del Instituto Politécnico Nacional se unieron al contingente que marchó durante más de hora y media del Casco de Santo Tomás, en las inmediaciones del Metro Normal, al Zócalo. Los manifestantes fueron custodiados por agentes de tránsito y en una parte del trayecto por granaderos y policías motorizados.

En su recorrido por las avenidas San Cosme, Puente de Alvarado, Hidalgo y 5 de Mayo, prácticamente todos los comercios cerraron las cortinas y suspendieron actividades.

Al pasar por la sede del PRI capitalino, ubicada en Puente de Alvarado, algunos jóvenes embozados arrojaron pintura roja contra la fachada del edificio y realizaron pintas, al igual que en el mobiliario del Metrobús.

Otros manifestantes reclamaron por la presencia de policías, pues aseveraron que solicitaron al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, que la manifestación transitara con libertad. Incluso, desde el sonido colocado en el toldo de un viejo autobús se escuchó la consigna: ¡Peña y Mancera, la misma chingadera!, que fue repetida por el resto de manifestantes.

Contra lo que muchos esperaban, la marcha conmemorativa por la matanza del Jueves de Corpus del 71 llegó al Zócalo sin ningún incidente de violencia.