Carlos Navarrete, presidente nacional del PRD, descartó someter a evaluación su permanencia en el cargo, tras los resultados obtenidos en la jornada comicial de este domingo. En el Distrito Federal, señaló, no hubo una debacle, sino una recomposición. Todo partido que prolonga su estancia en el poder sufre un desgaste natural, justificó.

En conferencia en la sede nacional del partido, aseguró que no se aferra al cargo, pero no vamos colocar el tema que le interesa a la prensa... Los que tenemos la conciencia tranquila dormimos bien, resaltó.

No obstante, su malhumor se reflejó en groseras respuestas para los representantes de los medios de información.

Navarrete destacó ayer, al inicio de su intervención, el triunfo de Silvano Aureoles para la gubernatura de Michoacán; dijo que les fue bien en otros estados, pero en el caso de Guerrero manifestó que falta analizar más a fondo lo que pasó.

Sin querer reconocer culpas sobre lo ocurrido el domingo, afirmó que de este martes, el Comité Ejecutivo Nacional iniciará con la evaluación correspondiente y que el ejercicio será llevado también al consejo nacional del partido.

Viene un balance

Se comprometió a que la evaluación se hará sin autocomplacencias, sin flagelaciones, con objetividad. Haremos un balance de nuestras fortalezas y debilidades, comparando con los resultados de 2009 –la elección intermedia previa, en la cual también sufrieron un revés electoral.

Venimos de un resultado a la baja, admitió. Por ello viene un balance y un proceso de reconstrucción del PRD en su línea política, organización, ejercicio de gobierno y electores.

Se pronunció por impulsar una política de alianzas legislativas, tanto en la Cámara de Diputados como en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, pero fue insistente en señalar que se mantienen serenos en el PRD y destacó que su partido, pese a las cifras que arrojan los resultados preliminares de los comicios, se consolida como el partido con más caudal de votos en la izquierda, con Morena abajo.