En 2012 disputó seriamente la Presidencia de la República
Martes 9 de junio de 2015, p. 5
A tres años de una elección en la que disputaron seriamente la Presidencia de la República, el saldo electoral de 2015 deja al Partido de la Revolución Democrática (PRD) con un fracaso, al obtener 10.83 por ciento de los votos –con 92.16 por ciento de casillas computadas–, el más bajo de su historia, con excepción de 1991, cuando fue su primera experiencia electoral (7.9) en la época del hostigamiento salinista al sol azteca.
En el espectro de la izquierda Morena alcanzó 8.38 por ciento de los votos y se ubicó como cuarta fuerza electoral a escala nacional e incluso en varias entidades fue tercera. En su primera incursión, ese partido se perfilaba para ganar 14 distritos de mayoría relativa, principalmente en el Distrito Federal, donde la disputa con el PRD es ligeramente favorable a Morena.
En contraste, el futuro del Partido del Trabajo (PT) es totalmente incierto y dependerá del saldo de los cómputos, la eliminación de los votos nulos y de candidatos registrados para obtener la votación válida y determinar si alcanza 3 por ciento mínimo que exige la ley para mantener el registro.
Según los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), con 92.26 por ciento de las actas contabilizadas el PT tenía 2.87 por ciento de votos, aun con su alianza parcial con el PRD, pero aplicando las disposiciones legales oscilaría en 3 por ciento.
Para Movimiento Ciudadano su apuesta en solitario, sin alianzas y con políticos reciclados, le redituó sustancialmente. El PREP le reportaba 2.1 millones de votos, lo que equivale a 6 por ciento del total, aunque destaca que la tercera parte de ellos proviene de Jalisco y especialmente de Guadalajara, donde ganó la alcaldía llevando como abanderado a Enrique Alfaro. En Jalisco, MC ganó sus 11 distritos de mayoría.
La ruptura del PRD le cobró factura en la elección federal; 10.8 por ciento es la segunda votación más baja de su historia y esto le permitió obtener –según el PREP– el triunfo en 36 distritos, 31 de ellos paradójicamente aliado con el PT, una cifra muy lejana de los 70 distritos que proyectaban obtener en la elección intermedia.
Expresión clara de su retroceso fue el Distrito Federal, donde la primera fuerza es ahora Morena, con 23.5 por ciento de las preferencias, frente a 19.8 del sol azteca. En términos de distritos, la distribución entre PRD y Morena era muy disputada, pues éste último había ganado en 11 de los distritos del otrora bastión perredista.
Sin embargo, en el desglose del comportamiento perredista hay estados donde el saldo es desastroso: en Nuevo León el perredismo se convirtió en la última fuerza electoral (con 1.9 por ciento de los votos), por abajo del Partido Humanista, que perdió el registro; en Baja California, Durango y Tamaulipas, el sol azteca quedó como la séptima fuerza de 10; en Coahuila y Chihuahua, fueron sexta fuerza electoral.
Incluso en los estados donde estaban fuertemente posicionados retrocedieron y sólo en Tabasco se ubicaron en el primer lugar, con un margen estrecho de ventaja con el PRI, con el que mantienen disputas en varios distritos.
Ubicado como cuarta fuerza electoral a escala nacional, Morena desplazó en 15 entidades al Partido de la Revolución Democrática como principal expresión de la izquierda. Sin embargo, hubo entidades con un desempeño electoral muy por arriba de su promedio nacional: Baja California y Campeche (12.1 por ciento), Quintana Roo (13.94) Tlaxcala (13) Tabasco y Veracruz (12).