Opinión
Ver día anteriorMartes 9 de junio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Lo previsible
C

on los resultados de la 1:15 horas de ayer lunes pocas novedades presenta el resultado electoral de estas elecciones intermedias y concurrentes. Lo observable en una primera aproximación había sido, grosso modo, previsto. Lo distinto, acaso pueda ser (asunto de un futuro no previsible) la victoria electoral de Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, en Nuevo León, y el espacio significativo que alcanzó Morena en su primera incursión electoral.

Era altamente previsible la caída electoral del PRI pero, como siempre lo ha hecho, acompañado de un ardid embaucador para engatusar al electorado: el entenado incondicional dispuesto a todas las marrullerías y actos ilícitos, para buscar alcanzar la mayoría en el Congreso, condición que quizá alcanzará, ayudado por la nada novedosa alta abstención de los electores. Falta aún que el INE decida la suerte del registro del ­entenado.

La compra de votos, como mandan los cánones priístas, otro factor de las victorias del propio PRI y del esperpento verde, fue ampliamente documentado en las redes sociales; ya veremos cuán documentado lo tienen otros partidos, porque aparentemente, al menos el PRD, si se quedó atrás debió ser por falta de los recursos con los que contaron PRI+Verde. Era previsible.

Que Morena fuera votado por un segmento muy significativo de la comarca quizá más politizada del país, era previsible. Parece que ganó en cinco delegaciones capitalinas y tendrá una representación con peso en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Era en mi opinión menos previsible que el PAN se mantuviera estable en cuanto a su espacio en el Congreso. Probablemente su oposición a la reforma fiscal le dio el apoyo que requería.

El país parece un territorio aún más plural, si juzgáramos por el número de partidos que participaron; pero esta apariencia es engañosa. Varios partidos no son impulsados por minorías diferenciadas ideológicamente, sino resultado de ciudadanos que no saben mucho de escrúpulos, y ven en las leyes electorales un espacio de mercado para formar un negocio y ganar plata timando a los electores. Previsiblemente se marcharán dos de estos.

El mayor número de partidos entre los que se distribuirán las curules, implicará, para asuntos de envergadura, que el aceite que lubrique las negociaciones sea plata y más plata, que pagan los electores, porque bien saben los políticos mexicanos que problema que se arregla con dinero, sale barato.

El amplio triunfo electoral de El Bronco parece haber despertado altas expectativas entre algunos observadores, en el sentido de que parece abrir una ventana que deja ver que los partidos mayores pueden ser derrotados, y acaso ello pudiera convertirse en el inicio de un camino cuya terminal de llegada es un cambio de fondo en la composición partidista del país. En mi opinión, esta posibilidad no es tan clara. El gobernador electo de Nuevo León ocurre en un territorio de amplio dominio empresarial y con un personaje que durante 30 años ha sido un activo del PRI. Tendrá un Congreso que no es suyo, pero con el aceite aludido podrá entenderse con sus antiguos contlapaches. Esas condiciones no abundan en el país, y si abundaran, no sería para celebrarlo desde la perspectiva del futuro de las grandes mayorías empobrecidas.

A Morena le toca andar sobre un camino repleto de trampas y adversidades. Puede representar sí, en este caso, el inicio de un cambio de composición partidista y de rumbo económico y social para el país, pero como decíamos en una colaboración anterior, se trata de un muy largo camino, que requiere de una voluntad de hierro para recorrerlo.

Morena ha ratificado, el domingo en la noche durante el posicionamiento de las cuatro principales fuerzas del país (PRI+Verde, PAN, PRD y Morena), por voz de Martí Batres, que Morena no irá con esas fuerzas ni a la esquina. PRI+Verde y PAN se quedaron indiferentes frente a esa declaración, y aún puede decirse que Madero quiso ponerse hasta paternal con Martí; algo así como (escribo de memoria) “si, m’hijo, ya sabemos que la reforma energética es para ustedes la entrega del petróleo al imperialismo; ’tá bueno, no hay problema, muy respetable su posición, pero nosotros pensamos que México debe trabajar dentro de la economía mundial”. Madero agregó: Morena será un partido testimonial, porque no se propone crear acuerdos con nadie, así fuimos nosotros durante algún tiempo, y yo digo que no figurábamos en la política.

Muy difícil el camino de Morena. Está claro que los partidos que sí hacen política y procesan acuerdos, pueden tener algunas discrepancias en esto o aquello, pero todos están alineados al pensamiento único; el mismísimo modelo neoliberal. Morena, ahí donde ganó posiciones ejecutivas, como las delegaciones del DF, todo programa de contenido social que mejore la existencia de los más necesitados, será bienvenido, sobre todo si proviene de una administración austera y honrada. Pero su más difícil tarea es la permanente denuncia, mediante estudio concienzudo, de lo que significan los acuerdos de los que sí hacen política; y sobre todo la construcción de un programa estratégico con la mirada puesta en el desarrollo del largo plazo y el hallazgo de los medios para que la ciudadanía vaya apropiándoselo gradualmente. La construcción de un proyecto socialdemócrata a la mexicana –más allá de cómo sea denominado por Morena–, que pudiera alejar al país del cataclismo de la crisis de la globalización neoliberal en puerta, cosa que sólo puede hacerse con el regreso del Estado.