Rodeada de vías primarias y con conexión a distintos medios de transporte, el boom inmobiliario en la colonia Portales, ubicada en la delegación Benito Juárez, se ha intensificado de tal manera que, de acuerdo con sus habitantes, no hay calle en la zona sin un nuevo conjunto habitacional.

Una casa, una vecindad o cualquier otra edificación abandonada o a punto de serlo son candidatas perfectas para desaparecer bajo la piqueta de obreros al mando de las constructoras, que llegan e imponen su proyecto inmobiliario, expresó Alberto Cué García, habitante de la calle Nevado.

En un recorrido con un grupo de vecinos, el residente indicó que un ejemplo de tales circunstancias es el que enfrentan en la avenida Ajusco 103 y Eje Central Lázaro Cárdenas 1103, donde de la noche a la mañana sin exhibir ningún permiso derrumbaron las viviendas y comenzaron a realizar los trabajos de excavación para levantar un inmueble de ocho niveles, cuando el máximo permitido es de cuatro pisos.

De acuerdo con María de la Luz Moreno, otra vecina, los problemas se originaron cuando se comenzó la cimentación del edificio, ya que los trabajos se realizaron sin respetar las colindancias entre un predio y otro.

En ese momento, los habitantes empezaron su peregrinar por todas las dependencias para detener la obra, pero nadie los atendió, por lo que un vecino se vio obligado a romper su barda para detener el colado, pues la única división que había era un hule.

Apenas el 26 de mayo lograron que las autoridades suspendieran de manera temporal las actividades, pero exigen que no se violente el uso del suelo y que se den garantías de que se respetarán las colindancias, pues hasta ahora la inmobiliaria no ha cumplido con las mínimas disposiciones de la norma de construcción, como exhibir la manifestación de obra.

Luis Ojeda, otro de los vecinos afectados, detalló que a un kilómetro a la redonda de este sitio se han identificado, por lo menos, 30 edificios nuevos o en proceso de construcción, pero la expansión de las desarrolladoras inmobiliarias ocurre en todo el barrio, lo que ha cambiado su cotidianidad.

Antes no padecíamos por falta de agua, ahora a partir de las dos de la tarde nos cortan el suministro, por lo que ya ha habido movilizaciones vecinales para exigir el servicio, porque nadie de aquí tiene cisternas, apuntó.

La falta de estacionamiento y las aglomeraciones vehiculares en distintos puntos son otros problemas. Como botón de muestra, agregó, esta la situación que se vive en la zona aledaña al mercado de la Portales, donde hay horas en las que es imposible transitar.