La rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), Carmen Beatriz López Portillo, expresó ayer que es responsabilidad de esa institución hacer que la educación y la cultura signifiquen respeto por el mundo y por el otro; libertad, justicia, solidaridad, diálogo, amor a la verdad, capacidad de interrogación y aceptación del bien común, durante la inauguración del primer encuentro Cultura, paz e integración social, organizado por esa instancia educativa.

López Portillo celebró que en el Claustro se pueda reflexionar y conocer el compromiso y las acciones que personas de Argentina, Colombia, Chile, Venezuela y Reino Unido realizan para aliviar y reconstruir mediante la cultura, la paz y el tejido social las comunidades afectadas por la barbarie.

“El título del encuentro –señaló la rectora de la casa de estudios– que hoy nos convoca sugiere una idea de la cultura, no sólo como el marco de referencia que da sentido a una comunidad, no sólo como el sistema de símbolos y significados que explica el mundo en un tiempo y espacio definidos, sino también como la esfera de actividad práctica que, a través de distintas acciones la influyen y modifican, animando el comportamiento de la comunidad que por su conducta retroalimenta la cultura, la enriquece, la actualiza, la reinterpreta.

Desde la cultura se construye el conjunto de elementos identitarios que regulan un régimen de pertenencia y la forma de comunicación y de mediación entre los integrantes de la comunidad.

Todo lo que se hace en la UCSJ, enfatizó López Portillo, es con la conciencia de que el ser humano tiene que ser el fin último de todas nuestras acciones y que es en el ámbito de las humanidades que debe pensarse lo que es propio del ser humano, del hombre y de la mujer, de sus manifestaciones.

Cerrar las desigualdades

Sandra Lorenzano, vicerrectora, precisó que la apuesta del Claustro es trabajar en la transformación social a través del arte y la cultura. Es así como buscamos contribuir a cerrar las enormes desigualdades de nuestro país: poniendo nuestro granito de arena para que los niños y jóvenes de hoy sean seres sensibles y responsables, creativos y solidarios, críticos y comprometidos.

La escritora aludió al Sistema de Orquestas de Venezuela: con la enseñanza de la música niños y jóvenes de zonas marginadas logran transformar su vida.