Diez ajolotes llegaron a Ciudad Universitaria en la primera etapa del proyecto de generación de albergues para esos animales fuera de Xochimilco.

El diagnóstico indica que es inminente la extinción del ajolote (del náhuatl axolotl: monstruo acuático), especie endémica de los antiguos lagos del Valle de México (Xochimilco, Texcoco y Chalco). No obstante, tras los arrestos y la sensibilidad de científicos, estudiantes y pobladores del sur de esta urbe, se generó un nuevo hábitat para el Ambystoma mexicanum (nombre científico de esos animales).

Para evaluar si el hábitat es benigno para estos anfibios, los 10 ejemplares fueron ingresados a los cuerpos de agua de la Cantera Oriente de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (Repsa) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es el inicio de una investigación de largo plazo que permitirá a Ciudad Universitaria ser parte del rescate de este importante animal.

Se trata de un laboratorio natural, con cinturones verdes (si está muy alterado por el hombre), resguardado de la contaminación del aire y del ruido en las inmediaciones de avenida Delfín Madrigal.

De las manos de Armando Tovar Garza y Horacio Mena, del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología (IB), se fueron resbalando uno a uno los animales a su nueva morada.

Ariel, una de los visitantes

Ingresaron los primeros seis: tres machos y tres hembras, entre ellas Ariel, señaló la estudiante que la nombró así. Dos pares más fueron zambullidos en el primer y tercer Lago. Los ajolotes fueron evaluados previamente, tanto en salud como en diversidad genética.

Estarán en una jaula para ser protegidos. Llevan un chip con el que serán vigilados, el cual les fue colocado en la cavidad celómica (donde se hallan las vísceras) y a la postre la información será extraída mediante un lector láser.

Por medio de ese aditamento sabemos si es macho o hembra; si está enfermo, si se fracturó o si ha muerto, pues hemos hallado chips hasta en estómagos de serpientes, explicó Luis Zambrano, del IB, secretario ejecutivo de la Repsa y quien encabeza el proyecto.

La llegada a CU marca el comienzo de una generación de albergues fuera de Xochimilco; podremos probar qué tanto pueden sobrevivir en condiciones diferentes; por ejemplo, agua transparente como el río, o más turbia, como los lagos.

La segunda etapa consiste en trasladarlos a una jaula más espaciosa y con vigilancia directa, con un teletransmisor que se les colocará a cada uno; pero lo primero es evaluarlos dentro de las jaulas. La idea es tener una población suficientemente grande, que sea un archivo genético y poblacional para regresarlos a Xochimilco, explicó.

La instalación del albergue en Ciudad Universitaria fue impulsada por el Club Universidad Nacional AC, que busca contribuir a su conservación.

Nos sumamos a este gran esfuerzo de preservación de una especie mítica de gran interés; algunos patrocinadores nos allegarán recursos, dijo Enrique Paredes Cepeda, director de Operaciones y Comercialización del club.

En el acto estuvieron presentes, entre otros, Francisco Martínez, responsable de Repsa, y Rubén Rojas, director de Planeación Institucional y Desarrollo Territorial de la Autoridad de la Zona Patrimonio Mundial Natural y Cultural de la Humanidad en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, del Gobierno del Distrito Federal.