Con alusiones a Luis Donaldo Colosio y Gilberto Sánchez Osorio, dos de sus líderes asesinados, el PRI cerró ayer por la tarde sus campañas en Tlalpan, en un acto en el que manifestó su expectativa de ganar de seis a ocho delegaciones políticas el próximo domingo.

Mauricio López Velázquez, líder del PRI en la capital del país, dijo que confía en el Instituto Electoral del Distrito Federal, pero le pidió que actúe con la misma premura para atender las quejas de su partido, como hace con el PRD.

Ante simpatizantes del PRI congregados en la explanada principal de esa demarcación, el dirigente priísta exigió limpieza, equidad y piso parejo este 7 de junio, y confió en que ese día habrá una participación cívica importante. No obstante, dijo que todavía se advierten algunos focos rojos.

El presidente del tricolor en la capital sentenció que es la hora de terminar con los moches que exigen autoridades de Tlalpan a los comerciantes para dejarlos operar, así como con el clima de inseguridad en puntos muy ubicados como el Ajusco, por lo que se comprometió a que ya no haya más secuestros y asesinatos en esa zona de la demarcación.

Cuauhtémoc Sánchez Osio, candidato a jefe delegacional por el PRI en Tlalpan, puso la pimienta a ese acto, pues con un lenguaje florido manifestó su confianza en su triunfo. Incluso aludió en más de una ocasión a Colosio y dijo que él será quien concretará su sueño.

Este charrito (en alusión a su personalidad) es el más chingón para Tlalpan, y dijo que está dispuesto a rajarse la madre por los tlalpenses.

Frente al líder capitalino y los candidatos de su partido en esta demarcación dejó en claro que: a quienes les digan que no voten por Cuauhtémoc Sánchez Osio, mándenlos directito a la chingada, y para reafirmar su manejo del lenguaje, afirmó: tengo dos cosas que me separan las piernas y con ellas vamos a partirle la madre al PRD.

El PRI prevé cerrar mañana el periodo de campaña con tres actos: en Cuauhtémoc, Álvaro Obregón e Iztapalapa.