Opinión
Ver día anteriorLunes 1º de junio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Huracanes: mejor prevenir que lamentar
H

ace dos semanas en la ciudad de Cancún, el presidente Enrique Peña Nieto llamó a todas las instancias gubernamentales, a las instituciones privadas y a la población en general a trabajar unidos a fin de conformar un frente común que permita sortear exitosamente los fenómenos que ponen en riesgo la vida y el patrimonio de la población. Se refería en esta ocasión a los 26 ciclones que este año pueden afectar de alguna forma e intensidad al país. De ellos, se estima, 14 alcanzarán la categoría de huracán.

Peña Nieto aprovechó su presencia en la Reunión Nacional de Protección Civil para la Temporada de Lluvias y Ciclones Tropicales 2015 para señalar que nuevamente tendremos el fenómeno de El Niño, al cual se agrega el efecto conocido como mar de fondo, el cual durante mayo generó patrones atípicos de oleaje en varios puntos de la costa del Pacífico.

Como muestra la realidad, cada que algún ciclón o huracán toca tierra en México las instancias oficiales hacen gala de sus limitaciones a la hora de tomar medidas de prevención, a lo que se suma después la descoordinación al enfrentarlos, lo que ocasiona muertes, damnificados, daños a viviendas, a la infraestructura urbana, los servicios y las actividades económicas. Baste recordar al respecto lo ocurrido en septiembre del 2013 con el huracán Ingrid y la tormenta Manuel, especialmente en Guerrero.

Durante este sexenio las instancias oficiales han insistido en que ahora sí las medidas de prevención funcionarán debidamente, igual las encargadas de brindar protección y ayuda en caso de desastres naturales. La Comisión Nacional del Agua y la Coordinación Nacional de Protección Civil ratificaron recientemente que mantendrán una estrecha coordinación, con el fin de afrontar de mejor manera las lluvias y ciclones de esta temporada. Prometen comunicación oportuna y precisa con las diversas instancias gubernamentales para ofrecer adecuadamente la información relacionada con los pronósticos meteorológicos y las medidas de prevención más eficaces. En pocas palabras, monitoreo continuo de los huracanes y ciclones y alerta oportuna a las poblaciones que puedan ser afectadas. Máxime que por el cambio climático tales fenómenos cada vez son más extremos, peligrosos, frecuentes e intensos, tanto en el Atlántico co­mo en el Pacífico. Ade­más, anunciaron que trabajarán conjuntamente para evitar que los asentamientos humanos irregulares invadan los cauces y las zonas aledañas a los ríos y otras fuentes de agua, a fin de que los caudales tengan su desfogue natural y así evitar daños a la población y sus actividades económicas.

Precisamente el de la población que vive precariamente en áreas expuestas a los efectos negativos de los fenómenos naturales es uno de los problemas más agudos en cuanto a la prevención de desastres. Decenas de miles de familias pobres han edificado sus viviendas y cultivos donde no deben. Ante la ausencia de una planificación urbana y rural que vaya de la mano de políticas para dotar de vivienda digna y medios adecuados de subsistencia a los que menos tienen, la precariedad se extiende por los márgenes de las cuencas hidrográficas, cada vez más azolvadas y, por tanto, con menos capacidad de desfogar sus caudales en época de lluvia o cuando azotan los huracanes. Son esos asentamientos irregulares, permitidos por las autoridades muchas veces a cambio de votos en tiempos electorales, los primeros en ser inundados en la temporada de lluvia.

A ellos dirigen después sus apoyos las instancias oficiales. Cuando está probado que cuestan muchísimo menos las acciones para prevenir los desastres que atender a las víctimas que dejan. Pero en México se gasta muchísimo menos en las tareas de prevención que en remediar con muchas limitaciones, y mal, los efectos de los desastres.

Hace dos años, la actual administración anunció el que calificó como el más completo programa sobre prevención y protección de la población. Las fallas que ha tenido prueba que está lejos de cumplir sus objetivos. Y que no bastan los anuncios espectaculares para evitarle lo peor a miles de familias y al país en general. Esperemos que el reciente de Cancún corra mejor suerte.