Morelia, Mich.

Después de casi tres meses de que el ingeniero civil Noel Uriel Pérez Rivera fue detenido, acusado de participar en el homicidio de José Luis Corro Chávez, capitán del puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán –perpetrado el pasado 4 de marzo–, sus familiares y testigos han demostrado su inocencia, pero él aún sigue preso en el penal La Mira, en la ciudad portuaria.

Leopoldo Pérez García, padre de Noel Uriel, detenido en la caseta Feliciano de la autopista Lázaro Cárdenas-Pátzcuaro, afirmó que está demostrado que su hijo nada tuvo que ver en el crimen, pero las autoridades se niegan a mostrar los videos del Centro de Comunicaciones, Cómputo, Control y Comando, en los cuales consta que Pérez Rivera se encontraba a 30 kilómetros de donde ocurrieron los hechos.

Hay supuestos testigos que se están retractando, luego que la propia Policía Federal admitió que Noel iba en su vehículo con dirección a Morelia, y el otro detenido que admitió haber participado en el crimen iba hacia el puerto Lázaro Cárdenas, lo que significa que mi hijo nada tuvo que ver porque acababa de salir de trabajar de la mina de Arcelor Mittal, donde realizaba un levantamiento topográfico, indicó Pérez García.

Noel fue arrestado con violencia después de las 9 de la noche del 4 de marzo, y lo trasladaron a las instalaciones de la Subprocuraduría Regional del estado. No le dijeron por qué la detención. Lo llevaron con la cabeza agachada, por lo que nunca vio bien a quiénes lo detuvieron. A las cinco de la madrugada le avisaron que saldría libre porque no había nada contra él, pero minutos después le leyeron sus derechos y le dijeron que estaba detenido, señaló Leopoldo Pérez.

Sostuvo que los responsables del encarcelamiento de su hijo fueron policías ministeriales del estado, quienes decidieron involucrar a Noel en un crimen del que fue totalmente ajeno.

Cuando Pérez Rivera fue detenido llevaba un equipo con valor superior a un millón de pesos porque iba a Tzitzio, donde laboraba en la construcción de un rastro tipo TIF que está por concluirse. Las autoridades ministeriales tardaron un mes en devolverle el equipo topográfico a la empresa.

La familia de Noel espera que la situación pronto se resuelva pues Leopoldo Pérez, quien labora en la industria de la construcción, no cuenta con recursos suficientes para trasladarse cada semana de Morelia a Lázaro Cárdenas. Llega el viernes en la noche y duerme fuera del penal, para ser de los primeros en ingresar a la visita, dada la gran cantidad de familiares de presos.