Cuando venimos a la ciudad de México recibimos mucho apoyo. Y aquí se ve con toda la gente que vino hoy a ver la película, dice Epifanio Álvarez, padre de Jorge, mientras se moja un poco por la lluvia y se dirige a su lugar para ver Ayotzinapa, el documental que narra la desaparición de su hijo y de 42 muchachos más.

Si la pantalla en la que se estrenó Ayotzinapa hubiera estado en una sala común, quizá los boletos se hubieran agotado. Pero es el foro al aire libre de la Cineteca Nacional, y una vez que se terminan los asientos, quienes vienen a ver la cinta, cuyo subtítulo dice ser la crónica de un crimen de Estado, se acomodan en filas y pasan casi tres horas de pie. Y a pesar de que es un gran patio, luce abarrotado.

Omar García también está entre quienes permanecen de pie durante la proyección. El normalista no se protege del agua que cae esta noche mientras se ve a sí mismo en la pantalla relatando los hechos del 26 de septiembre, cuando sus compañeros fueron atacados por policías municipales de Iguala. Vivimos en un país donde quieren callarnos, pero a Ayotzinapa no la han podido callar, dice el Omar de la película. El otro observa con seriedad.

En primera fila, bajo paraguas e impermeables, se encontraban algunos padres y madres de los jóvenes. Durante los 101 minutos de la cinta no sueltan los retratos de sus hijos. Los rostros de éstos también aparecieron en retratos entre el público. Y cada uno de ellos fue nombrado ayer mientras un coro, un cantante y unos soneros les dedicaron sonetos.

En la presentación no participó el director del filme, Xavier Robles, quien ha elaborado más de 30 guiones, entre ellos los de Rojo amanecer, Bajo la metralla y Los motivos de Luz. Cuando la cinta se proyecta, él se aleja un poco de la pantalla. Ni la lluvia ni el viento detendrán el movimiento, como dicen en las marchas. Estoy muy satisfecho y agradecido con las personas que vinieron. Sacaron sus paraguas y vinieron de otros estados para verla, comenta. También dice que las organizaciones interesadas en una copia gratuita pueden escribir a [email protected].

Los hechos son narrados en el largometraje por los normalistas sobrevivientes. También participan padres de los desaparecidos, periodistas, activistas y especialistas en temas de derechos humanos.

Las marchas y protestas que desde aquella fecha se han realizado en la capital del país también son parte de esta narración.

La producción tuvo el apoyo de Jorge Gálvez, director del Museo Casa de la Memoria Indómita, y el periodista José Reveles, quienes explican las consecuencias de aquel crimen.

En el filme, elaborado con aportaciones y trabajo voluntario, participaron Bruno Santamaría como director de fotografía y Paloma Robles al frente del montaje.

Sólo podrá donarse a los normalistas de Ayotzinapa la mitad de las aportaciones voluntarias que se hagan durante las proyecciones, pues hubo impedimentos legales para entregarles 50 por ciento de lo que se recaude en taquilla (la idea original de los realizadores), según explicó a este medio la productora del documental, Guadalupe Ortega.