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El gobierno tiene a nuestros hijos, que no se haga: padres de los 43

Sabemos que somos más pocos que antes, pero los que estamos somos de verdad
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de mayo de 2015, p. 9

Epifanio quiere de vuelta a su hijo, Jorge Álvarez Nava, de 19 años, uno de los 43 muchachos desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa. Iremos hasta el fin del mundo, ha llegado a decir. Pero hoy, frente a la evidencia de un Hemiciclo a Juárez a medio llenar, tiene que admitir: Sabemos que somos más pocos que antes, pero los que estamos somos de verdad. Sabemos que van a estar con nosotros hasta el final y se los agradecemos, porque sin ustedes nos sentiríamos muy tristes.

Más pocos que antes, sí. El desgaste tras ocho meses de movilizaciones constantes, la borrachera electoral, el inminente fin de cursos en la Universidad Nacional Autónoma de México y la machacona verdad histórica son algunos de los factores que se barajan debajo del templete para explicar la escasa asistencia a la 12 Acción Global por Ayotzinapa.

Son pocos y ya se están subiendo a los autobuses cuando la policía del Gobierno del Distrito Federal, en una más de sus actuaciones pletóricas de gran valor, gallardía y responsabilidad –dijera el ex jefe policiaco y fallido aspirante a diputado Jesús Rodríguez Almeida– reciben la orden de terminar con un mitin que prácticamente ha concluido.

El pretexto es un montón de basura electoral que arde frente al monumento al Benemérito de las Américas. La policía echa a andar los motores de camionetas y motos y se lanza sobre el grupo de manifestantes que aún permanece en el lugar. A un efectivo le fallan los dedos y lanza la primera carga del extintor (o lo hace a propósito, porque en el punto no coinciden las versiones de quienes están en la primera línea).

El polvo cubre a la gente en lugar del fuego. Algunos encapuchados –ya para entonces no están por el lugar los muchachos de Ayotzinapa– encuentran su oportunidad. Vuelan las molotov. Se desata la trifulca luego de que una le pega a Neptuno (Álvaro Sánchez Valdez, segundo superintendente, a cargo del operativo). A pesar de las pedradas, el despliegue policiaco, de suyo excesivo si se considera el número de manifestantes, cumple rápidamente su cometido: aunque las marchas han sido pacíficas y la mayoría ha caminado con los rostros descubiertos, las imágenes que serán más divulgadas serán las de los encapuchados y las llamas de los pasacalles de los partidos.

Antes de las escenas que se llevará la presidenta brasileña Dilma Rousseff –de visita en México–, llega al Hemiciclo la familia de Nestora Salgado, y madres y padres de los 43 desfilan uno a uno por el micrófono.

Carmen, madre de Jorge Aníbal Cruz Mendoza, dice que a Enrique Peña Nieto el puesto le quedó muy grande.

El padre de Abelardo Vázquez Peniten vuelve a poner en duda la verdad histórica, mientras que el de Alfonso Rodríguez Telumbre expresa: El gobierno los tiene, que no se haga pendejo.

La esposa de Epifanio, Blanca Luz Nava, se refiere a su gira por el norte: Fui a Estados Unidos a buscar que el gobierno de allá presione al de acá, que no nos sirve; el gobierno tiene que aceptar que fue desaparición forzada, y no sólo de nuestros hijos, porque hay muchísimos desaparecidos.

Por los estudiantes de Ayotzinapa habla Eduardo Maganda, nuevo presidente del comité estudiantil. En breve charla aparte, denuncia que varias escuelas que forman parte de la federación de normales rurales (Fecsm) están siendo hostigadas para que abandonen la lucha, y que el gobierno federal es insensible a los hechos extraordinarios por lo que pasamos. Se refiere el joven a los obstáculos para que les sea reconocido el semestre, así como las nuevas inscripciones. Quieren usar el mismo método que les permitió desaparecer la normal de El Mexe (Hidalgo).

Las filas de granaderos que impiden el paso a la plaza mayor ya son parte del paisaje citadino. Hoy están de nuevo ahí, antes de la acción policiaca, y apenas unas horas después de que el presidente del Partido de la Revolución Democrática en el DF, Raúl Flores, anunciara: Vamos a llenar el Zócalo, como anticipo de una victoria que ya consideran segura. El mitin de este domingo tendrá un costo, dice el mismo Flores, de 900 mil pesos: Este mitin no es simulado, las cuentas son claras y estaba considerado desde el primer momento de la campaña.

Los padres de Ayotzinapa, por su lado, se van como vinieron, sin novedades sobre sus hijos y convencidos de que, contra viento y marea, impedirán la instalación de casillas en Guerrero el 7 de junio.