l viernes 22 de mayo se dieron a conocer los resultados de la segunda fase de la investigación sobre las causas de la muerte de dos bebés, y la afectación a la salud de al menos 29 menores más en la comunidad de La Pimienta, en el municipio de Simojovel, Chiapas, asociada a la aplicación de vacunas. De acuerdo con el informe leído por Javier Dávila Torres, director de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mediante estudios microbiológicos se determinó la presencia de la bacteria Staphylococcus hominis en las muestras obtenidas de los niños vacunados que fueron hospitalizados y en muestras pulmonares y de sangre de los dos fallecidos. Los estudios de biología molecular revelaron que en todos los casos el microorganismo presente era el mismo, lo que muestra –de acuerdo con el funcionario– que provino de una sola fuente de contaminación.
Determinar con precisión la causa de los acontecimientos en La Pimienta es de la mayor importancia, pues en un primer momento estaba involucrada la calidad de las vacunas, que son las herramientas principales en nuestro país para la prevención de enfermedades y evitan la muerte de millones de personas. Así la primera etapa de la investigación realizada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) se centró en determinar la calidad de estos biológicos, en particular de la vacuna contra la hepatitis B –la única aplicada en común a todos los afectados.
Las pruebas realizadas revelaron que la vacuna no era defectuosa. El mismo lote había sido empleado en la aplicación de 100 mil dosis más en el territorio nacional sin consecuencias adversas. Los análisis de sangre en los afectados mostraron en ese momento la presencia de bacterias, y la conclusión fue que hubo una “(…) contaminación externa local, ajena al biológico de la vacuna” y que ésta ocurrió “(…) durante el procedimiento de manejo y aplicación” de la misma. Ahora sabemos que la bacteria involucrada es el Staphylococcus hominis, aunque todavía no se ha informado con precisión de dónde vino, es decir, cuál fue la fuente única
de la contaminación.
No es mi intención poner en duda los resultados de la investigación a la que hago referencia, pero me resulta inevitable decir que los informes públicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se quedan muy cortos en aspectos científicos y médicos importantes, lo que hace surgir diversas interrogantes. En la literatura médica se ha identificado al Staphylococcus hominis como causante de algunas infecciones dentro de los hospitales (nosocomiales), adquiridas principalmente por pacientes con enfermedades o tratamientos que deprimen su sistemas de defensa orgánica (inmunocomprometidos) como en el caso del cáncer, o bien por el empleo de instrumentos contaminados que se introducen en el cuerpo (como catéteres), pero no existen reportes en niños sanos contagiados durante un procedimiento que se realiza en pocos minutos fuera de los hospitales (en este caso, un puesto de vacunación en escuelas o clínicas), casi al aire libre. También sorprende el tiempo de evolución de la infección, pues en los hospitales puede llevar días o semanas, mientras en La Pimienta tuvo efectos fulminantes en unas cuantas horas. ¿Cómo explicar esto?
El informe del IMSS tampoco aclara el tipo específico de la bacteria involucrada. Se conocen dos subespecies en este microorganismo: el Staphylococcus hominis. hominis (en lo sucesivo S. hominis) y el Staphylococcus hominis. novobiosepticus (S. novobiosepticus). El segundo, descrito por Kloos y sus colaboradores en 1998, debe su nombre en parte a su resistencia a diversos antibióticos, entre ellos la novobiocina. En su presentación, el doctor Dávila Torres hizo énfasis en que la bacteria involucrada en el caso de Simojovel se encuentra comúnmente en la piel, por lo que debemos asumir que se trata de la S. hominis, pues es el que habita la piel humana en las regiones axilar, inguinal, perineal y principalmente en algunas zonas en brazos y piernas, mientras la subespecie novobiosepticus raramente se halla en la piel.
Desde Kloos se considera a S. hominis como clínicamente poco significativo, a pesar de que se ha aislado en algunas infecciones humanas. Es diferente lo que ocurre con el S. novobiosepticus, pues cada año se acumulan trabajos en los que se le identifica como causante de infecciones intrahospitalarias, como las señaladas arriba, algunas de ellas graves. De ser así, en lo ocurrido en La Pimienta, estaríamos ante un caso de suma gravedad provocado por S. hominis, el cual, por las razones anotadas, no cuenta con precedentes en la literatura médica y científica.
Como quiera que sea, el informe admite que el grave incidente tiene su origen en la contaminación bacteriana por el manejo o administración inadecuados de vacunas de una institución de salud (en este caso el IMSS), lo cual es inadmisible y deben tomarse las medidas para impedir que algo así vuelva a ocurrir en nuestro país.