Los Méndez, Leopoldo, el grabador, y su hijo Pablo, el fotógrafo, se han apropiado del Museo del Estanquillo. Colecciones Carlos Monsiváis.

El pasado marzo se abrió allí Pasión sobre papel: Leopoldo Méndez y el Taller de Gráfica Popular, exposición que reúne unas 350 piezas, con la curaduría de Pablo.

Ahora se ha montado Al sur del milenio: fotografía de Pablo Méndez, que comprende medio centenar de imágenes en color, todas, menos cuatro, incluidas en el libro Al sur del milenio, con introducción de Monsiváis. Fueron tomadas en varias poblaciones del sureste mexicano entre 1989 y 1992.

La idea de la muestra fue de Rafael Barajas El Fisgón, cercano colaborador del Estanquillo, quien consideró que es un acto de justicia con Pablo, quien ha sido muy generoso con el recinto desde que vivía Monsiváis. Además, lo ubica como el gran fotógrafo que es este discípulo de Manuel Álvarez Bravo, de quien fue ayudante durante muchos años, señaló el caricaturista de La Jornada en entrevista.

Para El Fisgón son fotos de una riqueza cromática extraordinaria, con valor histórico y antropológico de primera. Este es uno de los últimos grandes testimonios organizados, ordenados, de este México en vías de perderse a una velocidad impresionante. Dijo que una de las fotos de un niño jaguar, después Leopoldo (1902-1969) la hizo en litografía.

A pregunta expresa de La Jornada, Pablo explicó su interés por la fotografía: No me podía interesar por el dibujo, el grabado, ni nada por el estilo, porque atrás estaba un competidor. Tampoco me llamó la atención el blanco y negro, porque tenía mi maestro (don Manuel Álvarez Bravo); entonces, mejor opté por el color. Así me hago a un lado y no copio.

Visión simple, pero amorosa

En la rueda de prensa que contó con la presencia de Beatriz Sánchez Monsiváis, representante de la asociación cultural del Estanquillo, Pablo Méndez (DF, 1939) contó que hizo sus primeras fotos a los 20 años de edad y después trabajó para casas editoras que publicaban ejemplares para las fundaciones de los bancos, cuando éstos pagaban parte de sus impuestos con libros que hablaran sobre el patrimonio de México.

Sin embargo, cuando esta posibilidad se eliminó, troné como chinampina. También dijo haber abandonado un poco la fotografía, porque me comprometí en el sureste con el medio ambiente; además, era más difícil para mí andar del tingo al tango.

Al sur del milenio gira en torno a una idea propuesta cuando se iban a cumplir 500 años del encuentro –él lo llama conquista– entre dos mundos, y la permanencia maya en el país.

Al respecto, Pablo Méndez expresó: La visión que doy del sureste es una muy simple, pero amorosa. Lo conocí desde mis inicios, pero no me dediqué sólo a él, sino que tuve la fortuna de viajar por todo el país con motivo de un libro que tenía el mismo contexto sobre las culturas populares.

Hizo votos para que las personas caminen de nuevo México, un país tan bello, tan rico, con una cultura envidiable, más de 50 idiomas distintos, que ahora las etnias no usan por vergüenza, porque los castigamos con términos como naco, indio, etcétera.

Al sur del milenio será inaugurada mañana a las 19:30 horas dentro de la Noche de Museos, en el recinto de Isabel la Católica 26, Centro Histórico.