Ámsterdam.

En cuestión de horas, la lucha por la presidencia de la FIFA pasó a ser una disputa de dos contendientes. El suizo Joseph Blatter y el príncipe jordano Ali bin Al-Hussein pelearán por el trono mayor del futbol internacional tras las renuncias ayer de Luis Figo y Michael van Praag.

A ocho días del Congreso de Zurich, el tablero electoral se sacudió en un intento desesperado de la oposición por evitar la casi segura relección del helvético.

Al-Hussein, vicepresidente de la FIFA, tendrá la difícil misión de destronar a un Blatter que a sus 79 años se encamina a un quinto mandato consecutivo. O evitar, al menos, una derrota abrumadora.

Van Praag, jefe de la Federación Holandesa de Futbol y firme opositor del dirigente suizo, dio a conocer su dimisión a través de su equipo de campaña. Horas más tarde Figo hizo lo propio con una dura carta publicada en Facebook.

Al-Hussein contará presumiblemente con el apoyo de Europa, fuertemente enfrentada a Blatter, pero el suizo goza de amplio respaldo en las confederaciones de América (Concacaf y Conmebol), África y Asia.

El príncipe Ali se encontró la semana pasada con Van Praag y Figo en la sede de la UEFA, en Nyon, donde según medios de prensa hablaron de unir fuerzas.

Después de reflexionar, Van Praag decidió retirar su candidatura y unir fuerzas con el candidato Ali bin Al-Hussein, anunció el equipo del holandés.

Figo lanzó severas críticas al organismo presidido por Blatter y denunció irregularidades en el proceso electoral: Durante los últimos meses he sido testigo de sucesivos incidentes, por todo el mundo, que deberían avergonzar a todo aquel que desee un futbol libre, limpio y democrático.