A la fecha, en México se siguen vendiendo autos con estándar de seguridad obsoleto. Sin embargo, aquí se producen los automóviles más seguros que se comercializan en los mercados internacionales más exigentes, advirtió El Poder del Consumidor.

Alrededor de 80 por ciento de los autos que se producen en el país cuentan con la última tecnología en cuestión de seguridad, pero se exportan a mercados como el estadunidense, canadiense y europeo, que exigen estándares que impiden la venta de vehículos como el Nissan Tsuru, uno de los de mayor demanda en México.

Alejandro Calvillo, presidente de la organización, exigió al gobierno federal que aplique normas que regulen el equipo de seguridad de los vehículos y obliguen a la industria automotriz a colocar el sistema de frenos ABS y bolsas de aire en todas las unidades que se comercialicen.

Indicó que de 2001 a 2011 el número de muertes por accidentes viales en México se incrementó 58 por ciento, mientras en el mismo periodo en Estados Unidos los decesos por esa causa se redujeron 40 por ciento.

Significa que en México mueren 4.5 personas por cada 100 mil vehículos en circulación, mientras en Estados Unidos la proporción es de 1.3.

Recordó que los accidentes viales son la primera causa de muerte en niños de cinco a nueve años, y la segunda en el grupo de 10 a 29. Uno de los factores que han contribuido a la reducción de la mortalidad y de la gravedad de las lesiones en Estados Unidos, dijo, son los sistemas de seguridad de los vehículos. Ante este trágico panorama es urgente adoptar las mejores tecnologías en la materia.

En conferencia de prensa dio a conocer los resultados de las pruebas de choque efectuadas por Latin-NCAP, dedicadas a probar la seguridad de automóviles nuevos. En ellas se demuestra la vulnerabilidad a que están expuestos conductores, pasajeros, peatones y ciclistas por los bajos estándares de seguridad de los autos que se comercializan en México.

“Esta situación es posible gracias a la falta de regulación que existe en el país y que seguirá siendo una triste realidad debido a lo débil del proyecto de norma PROY-NOM-194-SCFI, la primera encargada de regular el equipamiento en seguridad de los vehículos ligeros nuevos.

México debe continuar con los objetivos que se planteó en la Estrategia Nacional de Seguridad Vial 2011-2020, en la que se propuso asumir las normas del Foro de armonización vehicular WP.29 de la ONU, pero en vez de eso tenemos un proyecto de norma que incumple con esos objetivos, advirtió Calvillo.

Por su parte, Stephan Brodziak, investigador de El Poder del Consumidor, dijo que el gobierno ha cedido su rol de normalizador para convertirse en facilitador que ordena las regulaciones a capricho de la industria. Como consumidores, estamos doblemente vulnerables debido a las omisiones que hay en cuanto a la información pertinente para la adquisición de un auto, así como por los mayores riesgos que representan los vehículos inseguros.

Para Sissi de la Peña, consultora en Infraestructura, Planeación de Transporte y Seguridad Vial, los estándares de seguridad vial de los vehículos que se fabrican y comercializan en América Latina se comparan con los que tenían los que se vendieron en Estados Unidos y Europa 20 años atrás.