Jueves 21 de mayo de 2015, p. 2
Un investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) creó lo que podría ser el motor de vapor más pequeño del mundo. Se trata de una partícula esférica de entre una y tres micras de diámetro (menor que un glóbulo rojo, que mide entre seis y ocho micras) suspendida en agua, que funciona como pistón y se mueve debido a pequeñas explosiones de vapor, así como a la acción de un rayo láser.
Pedro A. Quinto Su, responsable y fundador del Laboratorio de Óptica Aplicada del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, dijo que su innovación podría usarse para interactuar con células, inyectarles moléculas o destruirlas o para otras aplicaciones donde se requiera generar movimiento a escalas microscópicas. Incluso, puede usarse como microbomba para producir un flujo de líquido.
Uso de luz
La innovación es una estructura no perceptible a simple vista, cuyo funcionamiento es semejante al de un motor, pero utiliza luz en vez de combustible, expuso.
Su funcionamiento se basa en pinzas ópticas que permiten utilizar la luz para atraer objetos muy pequeños (células, organelos u otras estructuras microscópicas) al punto donde se enfoca un rayo láser, sostenerlos y luego desplazarlos hacia donde se desee, indicó el investigador, cuya innovación fue publicada en la revista Nature Communications.
Para que una pinza óptica funcione de forma adecuada, los objetos que se quiere sostener deben ser completamente transparentes, es decir, que no absorban luz, de modo que lo que los lleva hacia el foco del láser y luego los mantiene quietos en ese lugar es el cambio de dirección de la luz al atravesarlos.
Las esferas son parcialmente opacas, así que absorben luz en pequeñas cantidades, lo que incrementa su temperatura. Así, además de ser atraídas hacia el punto donde el láser se enfoca, también se calientan a medida que se acercan al foco, lo que a su vez calienta el agua que las rodea.