Estabiliza los signos vitales del neonato y refuerza el lazo emocional y afectivo
El tórax es la zona con mayor calor por la descarga de hormonas
Domingo 10 de mayo de 2015, p. 33
El contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento, tanto por parto normal como por cesárea, no sólo induce mejor lactancia y succión del bebé, sino sobre todo refuerza el lazo emocional y afectivo entre madre e hijo, aseguró a La Jornada Ivonne Álvarez Peña, integrante del Departamento de Alojamiento Conjunto del Instituto Nacional de Perinatología de la Secretaría de Salud (Ssa).
El tórax de la mamá es la zona con mayor calor en ese momento por toda la descarga de hormonas. La madre puede estabilizar la temperatura del recién nacido y posteriormente ese contacto debe continuar en un alojamiento conjunto, si la condición de la madre y del recién nacido es adecuada.
Añadió que los médicos y el personal de salud tendríamos que favorecer este contacto íntimo y evitar separar de manera innecesaria a la madre de su hijo
. El contacto piel con piel al momento del nacimiento fortalece el vínculo emocional madre-hijo, porque los estímulos son múltiples a escala sensorial: el tacto, el calor, el olor. Todos éstos son determinantes no sólo para la estabilidad del recién nacido, sino que también son factor decisivo para el inicio de la lactancia materna, (pues) el bebé puede reptar y asirse al seno
.
En entrevista con motivo del Día de la Madre, la experta precisó que lamentablemente la mayor parte del personal de salud que atiende los partos no está instruido en esto, por lo cual no es una práctica común, pero estamos trabajando para que sea cada vez más frecuente, que sea un hábito
. Llamó a quienes pronto concluirán su embarazo a exigir que sus hijos les sean puestos sobre el tórax.
Dijo que el contacto de la piel del neonato con la de la madre tiene beneficios inmediatos y tardíos. Se ha demostrado que la primera succión del bebé se vuelve más efectiva; también el recién nacido logra controlar su frecuencia cardiaca y respiratoria, es decir, alcanza un equilibrio cardiorrespiratorio mucho más rápido, en comparación con los que son separados de sus madres. Este beneficio de estabilidad de los signos vitales se ha visto incluso en prematuros tardíos
.
Apuntó que también a corto plazo el vínculo se favorece, pues ese primer contacto marca la pauta de ese lazo afectivo entre las madres y sus hijos, lo que mejora las conductas de apego entre los dos
. A largo plazo, los beneficios se relacionan con la lactancia materna. Se ha visto una asociación positiva entre el contacto piel con piel y la duración de la lactancia materna; se ha evaluado al mes y cuatro meses y se ha encontrado mayor duración de la lactancia
.
La experta expuso que el impacto emocional de ese primer contacto puede ser a largo plazo e influir positivamente en las conductas maternas, transmitir confianza en la madre en cuanto a su crianza y tener efectos emocionales en los recién nacidos.
Dijo que ésta es una práctica cotidiana en países desarrollados, tanto europeos como en Estados Unidos, porque se sabe de sus beneficios.