La división en los cárteles de la droga y su atomización, tras el arresto de líderes, representa la principal causa de que se cometan secuestros y extorsiones en el país, indicó la Secretaría de Gobernación.

Renato Sales Heredia, comisionado nacional para combatir este ilícito, dijo que no hay bandas de secuestradores como las de los años 90, sino que es una actividad con base en la cual las células criminales buscan fortalecerse operativa y financieramente.

Ello ha repercutido en métodos más violentos, así como en plagios para cobrar rescates, en ocasiones de cantidades bajas, con final fatídico. El funcionario dijo que los casos en los que no se ha podido rescatar con vida a las víctimas son los menos.

Sigue la fragmentación, la atomización de las bandas del crimen organizado, lo cual ha generado que algunos de sus miembros se dediquen al secuestro por breve tiempo y a veces por cantidades aparentemente menores. Las operaciones son dispersas, atomizadas, comentó a La Jornada.

La propia oficina del comisionado da cuenta, en su monitoreo, de los métodos utilizados, derivados del contexto anterior. Por ejemplo, en el estado de México una banda utilizó una escuela como casa de seguridad; en Morelos, una banda era liderada por presuntos militares en activo y desertores.

No todos los rescates son exitosos. En días pasados, en Tlaltizapán, Morelos, un hombre fue secuestrado y asesinado. Sus captores exigieron 300 mil pesos por su liberación. Los familiares no pudieron pagar la suma y la víctima, de 43 años de edad, fue ejecutada casi de inmediato.

En la lista de incidentes hay también policías secuestrados, como ocurrió en Tamaulipas; los uniformados, de Nuevo León, pudieron ser rescatados.

En entrevista, Sales dijo también que persiste la impunidad en cuanto a los castigos para los agresores, porque las investigaciones se topan con muchas trabas y, al final, los presuntos responsables no son sentenciados.

Seguramente en todo lo que va de 2015, ninguno (de los secuestradores detenidos) tiene sentencia condenatoria. En principio, cuando se detiene a bandas, se trasladan sus miembros a distintos penales.

En las cárceles continúa la planeación de secuestros, pues incluso los internos usan aparatos especiales para ubicar a sus víctimas, señaló Renato Sales HerediaFoto Yazmín Ortega

Otro asunto importante para combatir la corrupción y la colusión con el crimen en instancias gubernamentales es un mejor trato a los policías y eliminar las formas de discriminación hacia ellos, que se dan incluso desde el artículo 123 constitucional, señaló.

Si bien hay una baja en la incidencia de este delito, la planeación de los plagios continúa gestándose en las cárceles, principalmente en las estatales y municipales, con el eje de la práctica de la extorsión.

Hay penales en los que se ha detectado que los internos operan incluso aparatos especializados para ubicar a sus víctimas.

También ha habido cambios, especialmente de separar a los internos y detectar y eliminar aparatos; tal es el caso de centros penitenciarios del estado de México, Coahuila e Hidalgo.

El funcionario admitió que hay infiltración de criminales en las corporaciones policiales, pero la principal estructura del secuestro en México es de los pequeños grupos en referencia. Es necesario, agregó, vincular al primero y al último eslabones: la prevención del delito y el sistema penitenciario.

A nivel de fuero común (casos integrados y de responsabilidad de las fiscalías estatales), de enero a marzo de este año han sido denunciados 268 secuestros, en los que resultaron víctimas 340 personas. En el mismo periodo del año anterior se reportaron 416 denuncias.

En el ámbito federal, cuya investigación corre a cargo de la Procuraduría General de la República, son 126 averiguaciones previas que, a su vez, significan 154 personas raptadas.

Es decir, sumando los dos ámbitos, en los primeros tres meses de este año 494 fueron privadas de su libertad.

Por número y por tasa (casos por cada 100 mil habitantes), Tamaulipas sigue en primer sitio en cuanto a secuestros. En los primeros tres meses fueron interpuestas ahí 61 denuncias, hechos en los que hubo 93 víctimas. La cifra es ligeramente menor a la del mismo lapso del año anterior (103 denuncias).

Sin embargo, persisten los números elevados –y temor de la población tamaulipeca ante homicidios, extorsiones y secuestros–, en particular en cinco municipios de la entidad: Ciudad Victoria, Reynosa, Matamoros, Tampico y Ciudad Mante.