Karachi copia a Bogotá en transporte
uando fue alcalde de Bogotá, entre 1998 y 2000, Enrique Peñalosa declaró la guerra a los automovilistas con una revolución urbana que ahora quiere exportar a Karachi, la megalópolis paquistaní que lidia con atascos cotidianos. La ciudad sólo tenía medio millón de habitantes en 1947, cuando se creó Pakistán, frente a los 20 millones actuales. En 2030 podría alcanzar 31 millones de personas, según cálculos del Banco Asiático de Desarrollo (BAD), que financia en parte un proyecto de mil millones de dólares para implantar líneas de autobús con carriles específicos.
En Karachi el sistema de transporte público es residual. Los 10 mil autobuses que circulan, atestados y vetustos, sólo representan 5 por ciento de los vehículos que transitan por una ciudad sin Metro. En los próximos años habrá 20 veces más coches en circulación y Karachi estará completamente atascada
, anticipa Enrique Peñalosa, que asesora al BAD para su proyecto de transportes en la ciudad paquistaní.
En Bogotá, Peñalosa creó carriles para bicicletas, vías reservadas a autobuses y restringió el acceso de coches al centro de la ciudad. Todos los ciudadanos son iguales, estipula la Constitución paquistaní. Eso significa que un autobús en el que viajan 80 pasajeros tiene derecho a 80 veces más espacio que un automóvil con un solo pasajero. Eso es democracia básica
.
El proyecto para Karachi, 33 veces más grande que París, es más complicado por los atentados y las rivalidades étnicas. Su puesta en marcha es muy difícil desde un punto de vista político y logístico
, considera Peñalosa. Según él, el mayor desafío consiste en que los propietarios de coches de lujo entiendan que sólo podrán circular en una parte de la carretera.
No está claro que las autoridades se atrevan a enfrentar a los más ricos, vinculados a los grandes partidos políticos.
Afp