Nueva York.

El gobierno de Libia, reconocido por la comunidad internacional pero expulsado de Trípoli desde agosto pasado por una coalición de organizaciones armadas musulmanas, se quejó ayer de no ser consultado por la Unión Europea (UE) para la formulación de un plan de solución a la creciente crisis migratoria.

La autoridad libia, establecida provisionalmente en el puerto de Bengazi, cuestionó la actitud excluyente de la UE en momentos en que un grupo de diplomáticos prepara un borrador de resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que podría autorizar acciones militares cuyo objetivo sería decomisar y destruir embarcaciones utilizadas para transportar indocumentados.

El plan prevé el despliegue de tropas de países miembros de la UE en Libia, de donde zarparon en 2014 unos 110 mil migrantes, según la ONU. Esta operación, sin embargo, requiere la solicitud escrita del gobierno de Libia, que remplazó en el poder a Muammar Kadafi, con el apoyo de la UE y Estados Unidos en 2011.

Ellos nunca han preguntado nada. ¿Por qué deberíamos enviar nosotros una carta?, preguntó el embajador Ibrahim Dabbashi, quien adelantó que Libia no aceptará tropas en el terreno ni la destrucción de barcos utilizados por traficantes de migrantes, porque, aseveró, sería difícil distinguirlos de los demás.

La única salida a la crisis migratoria es ayudar al gobierno de Libia a armar a sus fuerzas de seguridad y a ampliar su control a todo el país, apuntó Dabbashi.

Una vez que el gobierno retome la capital, Trípoli, y controle toda la zona occidental de Libia, creo que sería más fácil detener este flujo de indocumentados a Europa, porque conocemos a todos los que están implicados en este negocio, dijo el embajador, quien advirtió que si esa cooperación no llega, entonces lo haremos a nuestra manera.

El autodenominado Gobierno de Salvación Nacional libio, sin reconocimiento de la comunidad internacional, invitó a la UE a ayudar a Libia, en momentos en que suman 5 mil los migrantes fallecidos al naufragar sus embarcaciones.