El acoso cibernético –conocido como grooming–, que afecta principalmente a menores de edad, se incrementó en México, de 2006 a 2012, de 86 mil casos a 269 mil.

Filiberto Guevara González (PRI), secretario de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, expuso (sustentado en datos de la asociación civil Alianza por la Seguridad en Internet) que 30 por ciento de los niños de tercero y cuarto de primaria ocupan la red desde sus teléfonos celulares; 12 por ciento pasan cinco o más horas al día en el ciberespacio; 18 por ciento han declarado ser molestados en Internet, y 44 por ciento se han encontrado en el mundo real con personas que conocieron en la web.

En otro rubro, 12 por ciento aceptaron hablar de sexo a través de Internet, y 17 por ciento dijeron conocer a amigos que les han enviado imágenes suyas desnudos o semidesnudos.

Por medio de un punto de acuerdo presentado ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el legislador indicó que algunos peligros en el mundo cibernético en los que se encuentran inmersos las niñas, niños y adolescentes son secuestro, acoso, hostigamiento y violación.

El acoso cibernético consiste en acciones deliberadas por parte de un adulto para establecer lazos de amistad con un niño o niña en Internet, con el propósito de obtener una satisfacción sexual mediante imágenes eróticas o pornográficas del menor o, incluso, como preparación para un encuentro sexual.

Así, Guevara González afirmó que la gran apertura a redes sociales y herramientas tecnológicas que han tenido los menores de edad en los últimos años ha permitido el aumento de casos de acoso cibernético. Y recordó que la Comisión para la Prevención de Delitos Electrónicos de la Comisión Nacional de Seguridad señala que de 2006 a 2012 se registró un aumento de los casos de acoso electrónico de 86 a mil 269.

A decir de la Asociación Mexicana de Internet, muchos padres no perciben la tecnología como una amenaza o problema y educan a sus hijos con base en su experiencia, sin entender mucho del acoso cibernético, y tratan de resolverlo con medidas punitivas (a los menores de edad), en vez de estar informados, enfrentar el problema y denunciarlo.

Para el priísta, lo importante en el combate al acoso cibernético es actuar con cautela y responsabilidad en el uso de redes sociales y tener conocimiento de los riesgos que implican. Si bien todas las personas somos susceptibles de caer en este acoso, los menores de edad son los más vulnerables, al no medir las consecuencias de su actuar o el alcance que puede tener el confiar en un desconocido.

Consideró imprescindible que los padres de familia presten mayor atención al tiempo que dedican sus hijos a Internet y el uso que le dan, así como saber las acciones que deben tomar para prevenir y actuar en caso de acoso cibernético.

Resulta casi imposible controlar a los menores en redes sociales las 24 horas del día o evitar que hagan uso de alguna herramienta tecnológica, pero sí es posible combatir cualquier acoso u hostigamiento cibernético, manteniendo a todas las personas bien informadas, y principalmente denunciar en el momento oportuno.