Moscú.

La convergencia económica entre Rusia, que promueve la Unión Económica Euroasiática –integrada por ésta, Bielorrusia y Kazajstán–, y China, que impulsa su proyecto Ruta de la Seda, quedó sellada ayer en Moscú durante la reunión que sostuvieron el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, quien realiza una visita oficial en vísperas del 70 aniversario de la victoria sobre el nazismo.

Putin y Xi firmaron una declaración que constata su intención de actuar al unísono para hacer converger ambos proyectos, lo que traducido en la práctica significa una oportunidad de llevar a cabo multimillonarios contratos en materia de infraestructura y transporte para enlazar China con Europa, aparte de sentar las bases para establecer un eventual espacio económico común en el vasto territorio de Eurasia.

También suscribieron otra importante declaración acerca de la profundización de la cooperación integral y estratégica entre Moscú y Pekín, y asistieron como testigos de honor a la firma de 32 acuerdos y memorandos de intención entre distintas instituciones y empresas de ambos países.

Cabe destacar que Rusia y China dieron hoy un paso más hacia el suministro de gas natural ruso al gigante asiático durante un plazo de 30 años mediante la llamada ruta occidental, al acordar el consorcio ruso del gas, Gazprom, y la CNPC (siglas en inglés de la Corporación Nacional del Petróleo de China) 10 cláusulas jurídicamente vinculantes del futuro contrato, a partir del compromiso ya alcanzado por ambas compañías de tender un gasoducto con capacidad de bombeo anual de 30 mil millones de metros cúbicos de gas.

Durante su visita a China, hace un año, Putin firmó un convenio para suministrar, cada año, 38 mil millones de metros cúbicos de gas por la ruta oriental mediante otro gasoducto, bautizado como Fuerza de Siberia, el cual ya comenzó a construirse desde el lado ruso y pronto empezará a tenderse en territorio chino.

Los presidentes hablaron del interés que tiene el consorcio ruso de la energía atómica, Rosatom, en participar en la construcción de nuevos reactores para centrales nucleares en China, así como de la intención de la compañía aeronáutica Sujoi por promover su avión SuperJet-100 en el mercado chino, con socios locales.

Destacaron como muy positiva la aceptación de corporaciones chinas de invertir cerca de 6 mil millones de dólares para financiar la construcción de un tren ruso de alta velocidad entre Moscú y Kazán.

En lo político, Putin y Xi se comprometieron a defender las posiciones coincidentes que mantienen Rusia y China en la Organización de Naciones Unidos, el grupo de los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái, entre otras instancias multilaterales.

Asimismo, reiteraron su voluntad de contribuir a la búsqueda de soluciones negociadas para la crisis de Siria y el programa nuclear de Irán, mantener el estatus desnuclearizado de la península de Corea, fortalecer la estabilidad y la seguridad en la cuenca del Pacífico y otros de los problemas regionales que requieren urgente atención.