Madrid.

El fundador y presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, es un empresario implacable que además siempre ha sabido acercarse y financiar a los partidos políticos y hasta figuras como el rey emérito Juan Carlos para hacer que su compañía creciera a costa de jugosos contratos públicos para infraestructuras. Su método siempre ha sido más o menos el mismo que el de otras compañías de su naturaleza: presentan el proyecto –en ocasiones con la anuencia de las autoridades que lo conceden–, fijan un presupuesto bajo y una vez que están en plena ejecución casi siempre se registran sobrecostos escandalosos que encarecen la obra. Este modus operandi le ha provocado numerosos dolores de cabeza judiciales no sólo en España, sino también en otros países como Argelia, Perú, Qatar, Gibraltar y por supuesto México, donde tienen uno de sus negocios más prósperos desde el estallido de la crisis en España.

Villar Mir y OHL figuran, por ejemplo, en dos de los escándalos de corrupción más graves y que más han indignado a la opinión pública española en los últimos años: el que se refiere a la supuesta financiación ilegal del Partido Popular (PP; en el poder), una formación que desde su fundación, en 1980, ha tenido una supuesta financiación opaca. Los documentos de quien fuera su gerente durante dos décadas, Luis Bárcenas, reflejan de su puño y letra los donativos de empresarios como Villar Mir al PP y, según la declaración del propio ex senador conservador, había además una contraprestación que se traducía en contratos públicos.

OHL es un gigante de la construcción que, además, tiene tentáculos relevantes en otros sectores a través de las acciones que ha ido acumulando, sobre todo en el periodo de la burbuja inmobiliaria, en la que esta empresa se convirtió en una de las fuertes y ricas del sector en Europa. La quiebra económica en España, que ha afectado en gran parte a los grandes contratos de infraestructuras tras la reducción del gasto público por parte del gobierno de Mariano Rajoy, han hecho que Villar Mir dirigiera todos sus esfuerzos en expandirse al exterior, sobre todo en países ricos en recursos naturales, como las potencias árabes, como Qatar o Emiratos, y en América Latina, en particular México, donde desde el gobierno de Vicente Fox –después Felipe Calderón y ahora Enrique Peña Nieto– han sido recibido con parabienes. De hecho, sólo México representa 13 por ciento del volumen de negocio de la constructora española. Es decir, más de 6 mil 500 millones de euros al año (117 mil millones de pesos), la mayoría de contratos públicos, tanto federales como estatales.

En Qatar, donde el gobierno decidió rescindir un contrato para la construcción de un hospital en 2008, que iba a costar mil 759 millones de euros, pero, según los qataríes, hubo por parte de la empresa española falta de diligencia, en trabajos y plazos de entrega, además de sobrecostos.

En Argelia tiene problemas con la Agencia Nacional de Autopistas, por la construcción de la Segunda Circunvalación de Argel, entre Boudouau y Zeralda, que el grupo español se adjudicó en 2006 por casi 460 millones de euros. Pero la empresa reclama un pago extra de 116 millones de euros, que el gobierno argelino se niega a pagar.

También tuvo un contrato polémico en Gibraltar, por la construcción de una carretera y un túnel por un valor de partida de 26 millones de euros. La constructora infló el precio hasta llegar a 31 millones.

En Perú OHL logró la adjudicación para la construcción de un túnel que tenía un precio de 400 millones de dólares. Una vez iniciada la obra, la empresa española subió el costo a 500 millones.

A OHL también le persigue la polémica y casos como el acoso sexual. Javier López Madrid, yerno del fundador y presidente de la empresa, fue demandado por una doctora de acoso sexual y vejaciones, quien después de presentada la denuncia, sufrió amenazas y agresiones, dos de ellas con arma blanca. Además, denunció que su hijo –de 10 años– también ha sido amenazado en el colegio.

Decían a la doctora: Estás indefensa, López Madrid quiere que cierres la boca, no quieres entender los mensajes, ¿los quieres aún más claros? [tras recibir la primera puñalada], dile a tu madre que también estamos pendientes de vosotros [dijeron a su hijo en la puerta del colegio].