En América desde California, en Estados Unidos, hasta Chile, a lo largo de toda la costa del océano Pacífico se forman olas de hasta diez metros de altura que han dejado un muerto y un desaparecido desde el sábado pasado.

Las olas gigantes no son resultado de tsunamis, que son provocados por terremotos submarinos, sino por tormentas en el sur del Pacífico, cer ca de Australia y Nueva Zelanda durante el otoño e invierno australes, cuya fuerza se mantiene a lo largo de kilómetros.

Estas olas pueden viajar más de 11 mil kilómetros y romper en costas muy lejanas; en este caso, en la costa del Pacífico del continente americano. El calentamiento global y el cambio climático parecen haber exacerbado el fenómeno recientemente.

Según explicó a la caena BBC Mundo, Miguel Ángel Gallegos, del Servicio Meteorológico Nacional de México, la longitud de las olas del mar de fondo es tan grande que desde una playa no se percibe como una ola normal. Es como si el mar se levantara.

Las olas gigantes parecen surgir de pronto, sin que se les perciba llegar desde la distancia y pueden alcanzar su máxima altura justo en la playa. En los países afectados por el oleaje se han lanzado alertas a la población para qe no practiquen surfismo ni naden o caminen a la orilla del mar pues existe el riesgo de que las olas los arrastren.