Si abril fue el mes del niño, mayo es el de las madres, y por ello el pianista cubano Enrique Chía ofrecerá dos conciertos en el Lunario del Auditorio Nacional, hoy jueves y mañana viernes, con el acento en melodías que no envejecen, pues son clásicas y en torno del amor.

En entrevista telefónica desde Miami, Florida, donde radica, el músico, quien ya es tradicional que se presente para las mamás, se dijo más que contento de volver a pisar suelo mexicano y de tocar las teclas del piano del Lunario.

Dos son sus sellos distintivos en tanto que pianista: destreza y sensibilidad. Su repertorio incluye a músicos como Agustín Lara, Ernesto Lecuona, Israel López Cachaíto y René Lorente. Se ha presentado en el Lunario desde 2005 y llega cargado de sus más de 40 producciones discográficas, ampliamente conocidas en el mercado de habla hispana de Estados Unidos y en diversos países de Latinoamérica, entre las que destaca su álbum La música de Ernesto Lecuona, que fue nominado a un Grammy Latino.

A lo largo de su carrera, Chía ha rendido homenaje a la música de grandes intérpretes, además de dedicar algunas de sus producciones discográficas a los ritmos de algunos países, entre ellos a México.

Chía, quien nació en Cuba, donde estudió piano en el Conservatorio de Música de La Habana, añadió: “En México la altura crea cambios climáticos. Acá, en Miami, la temperatura está buena y yo bien de salud. Las manos están alzadas para reunir energía y tocar muy bien. Suelo ir para allá alrededor del Día de la Madre. Voy con mi grupo de seis músicos, con quienes tengo un repertorio arreglado para que no haya problemas.

“Vamos a tocar temas variados, con muchos románticos de Sudamérica, cubanos, mexicanos, sin faltar Agustín Lara. Sin Lara no me dejan actuar. Vamos a hacer danzones cubanos, la música que hizo famosa el Buena Vista Social Club, que en realidad son sones, pero de los años 30 y 30, que se hicieron de nuevo populares. Eso más algo de Armando Manzanero, de Juan Gabriel, de las que eran del gusto de Pavarotti. En el caso de la música de Agustín Lara, ésta tiene algo muy especial: el sentimiento. Este es su ingredien-te. Sus composiciones son muy melódicas, con una armonía preciosa, y hay que darle ese halo de romanticismo. Tiene piezas más complicadas que otras, como Granada o Simplemente una vez, que es más tranquila.

En el caso del Buena Vista Social Club, ahí había pianistas excepcionales, como Rubén González, quien era muy bueno; es más, él estudió el piano con la maestra de ese instrumento de mi madre, en Cuba. La maestra se llamaba Amparito Rizo. Mi madre se inclinó más a lo clásico y Ruben a lo popular, pero lo que le gustaba más era acompañar orquestas.

La cita es en el Lunario. Enrique Chía en concierto, jueves 7 y viernes 8 de mayo, a las 21 horas. Boletos: $600, $700, $800 y $1,100, disponibles en las taquillas del Lunario, el Auditorio Nacional y el sistema Ticketmaster.