n la víspera del próximo proceso electoral, del que surgirán nuevos servidores públicos de distintos rangos, desde gobernadores hasta jefes delegacionales, no han faltado las trampas e irregularidades cometidas por candidatos, partidos políticos e incluso cines. El Partido Verde, por ejemplo, ya acumula 188 millones de pesos por concepto de multas. ¿Adónde irá a parar ese dinero? La respuesta la ha dado el Poder Legislativo: Los recursos económicos producto de estas sanciones serán destinados a la ciencia.

En efecto, el Senado de la República modificó recientemente el artículo 458 de la nueva Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, por lo que ahora los recursos obtenidos por multas serán destinados al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, cuando sean impuestas por una autoridad federal, y a los organismos estatales de ciencia y tecnología cuando las imponga una autoridad electoral local.

¿Por qué se decide que las multas tengan ese destino y no otro? Más allá del tema de las sanciones electorales, lo anterior revela que existe en el seno del Poder Legislativo una convicción sobre la importancia de la ciencia y la tecnología para el desarrollo del país. Es justo reconocer que en la 62 legislatura que está por concluir se ha realizado un importante trabajo en favor de estas actividades.

Esto se debe, en mi opinión, a varios factores, entre ellos la existencia de grupos especializados en esta materia tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Las Comisiones de Ciencia y Tecnología están integradas hoy por legisladores que se toman muy en serio su trabajo y que entienden la trascendencia de su labor. Aunque sus presidentes pueden provenir de diferentes institutos políticos –por ejemplo, el senador por Zacatecas Alejandro Tello Cristerna es del Partido Revolucionario Institucional, y el diputado de Sinaloa Rubén Benjamín Félix Hays, de Nueva Alianza– la composición de las comisiones que encabezan es pluripartidista.

Todos sabemos lo difícil que es que los legisladores de diferentes ideologías se pongan de acuerdo respecto de casi cualquier tema. No obstante, el de ciencia y tecnología ha sido una excepción, un elemento hasta cierto punto unificador, no sólo en el seno de estas comisiones. Prueba de ello es que todas las iniciativas en favor del desarrollo de la ciencia que son llevadas a su resolución en el pleno han sido aprobadas por amplia mayoría, e incluso algunas por unanimidad, lo que muestra un estado de ánimo favorable a la ciencia en el Congreso.

Pero, además, para que esto ocurra debe haber un trabajo muy cuidadoso. Una gran coordinación entre las comisiones de las dos cámaras, un conocimiento detallado en ellas del papel de la ciencia y la tecnología en el mundo y en el desarrollo económico y social del país, una relación estrecha y directa con los diferentes actores en el sistema nacional de ciencia y tecnología: con el Poder Ejecutivo, la comunidad científica y los empresarios. Es una labor que tiene sus antecedentes en legislaturas anteriores, lo que sugiere que en el Poder Legislativo se ha ido acumulando experiencia valiosa en este terreno.

En el caso de la 62 legislatura que está por concluir, pueden señalarse diversos aspectos positivos, como la defensa en distintos momentos del presupuesto para ciencia, tecnología e innovación en la Cámara de Diputados, y en las dos cámaras, las reformas para impulsar la divulgación de la ciencia en los diferentes niveles del sector educativo, las leyes para dotar de mayores facultades al Conacyt, las correspondientes a garantizar el libre acceso a la información científica, entre muchas otras. Y todo indica que esta legislatura cerrará con broche de oro, pues, de acuerdo con la información disponible esta semana, después de un complejo proceso de revisión por las dos cámaras, se aprobarán en la de Diputados las reformas a las Leyes de Ciencia y Tecnología y de Responsabilidades de los Servidores Públicos, con lo cual se favorece la vinculación entre los investigadores de las instituciones públicas y las empresas.

En las elecciones del próximo 7 de junio se modificará la composición de las Cámaras de Diputados y Senadores. Es muy importante que en las nuevas Comisiones de Ciencia y Tecnología estén integradas por los legisladores más competentes, aquellos que tengan un compromiso real con el avance de la ciencia y con México.