Es la obra más reciente del escritor Ernesto Murgía Moreno
suspenso sobrenatural
Lunes 27 de abril de 2015, p. a10
La culpa y la redención son dos temas que se abordan en la novela de suspenso sobrenatural
Retiro del fuego, la obra más reciente de Ernesto Murgía Moreno, en la cual narra la historia de un viudo y achacoso profesor que está a punto de jubilarse, cuya relación con algunos de sus alumnos se vuelve cada vez más problemática. Cierto día sus alumnos lo encierran en una vieja caseta de baño que sólo contiene un retrete y aunque sólo era una broma, ponen su vida en peligro.
Aislado en la caseta, el profesor Quirarte enfrenta sus demonios. Agobiado por la angustia y la desesperación, el calor y la sed, sus recuerdos y pesadillas están pobladas por visiones del terrible asesinato de su esposa, por conversaciones imaginarias con su amigo fallecido, por reflexiones sobre el fanatismo religioso y por un sobrenatural olor a gasolina.
De acuerdo con el autor, el protagonista de la historia se siente culpable por algo que no hizo, por algo que no logró llevar a cabo. No supera el asesinato de su esposa, por lo que no logra darse cuenta de que aún tiene cosas que perder o por las que luchar, como cambiar la mala relación con su hija
.
La caseta sanitaria se convierte en metáfora del remordimiento, de la incapacidad de salir. De cierta manera se encuentra atrapado en la misma mierda. Aparte del creciente dolor en la espalda y en las articulaciones, al profesor le preocupa la falta de alimento y la posible deshidratación. Sobre todo le preocupa que si no logra salir pronto de allí, esa maldita caseta de plástico se podría convertir en su ataúd
.
El profesor Quirarte representa la incapacidad de procesar ciertos acontecimientos, pero sobre todo de perdonarse a sí mismo.
Dicha situación, abunda Murgía, también es la oportunidad de salir de la angustia emocional en la que ha vivido los años recientes y de liberarse de sus demonios.
Mezcla de realidad y fantasía
Otro tema que interesaba al autor era reflejar en la novela la posibilidad de un amor después de la muerte. Un tipo de afecto o cariño maduro, alejado de ese amor explosivo, donde todo son fuegos artificiales
.
La novela, explica Ernesto Murgía, arranca en un tono realista. Conforme se desarrolla y a medida de que es víctima de la deshidratación y el calor, ese realismo se va entretejiendo con las visiones, pesadillas, recuerdos e imaginación del protagonista, hasta llegar a un punto en el que la realidad y la fantasía se mezclan. Para los lectores que gustan del suspenso sobrenatural
, concluye el autor, es una novela que podría ser atractiva.