Los Tuzos abrieron el marcador, pero con ventaja numérica los Leones Negros lograron el empate
Juan Anangonó lo intentó varias veces, pero sólo confirmó que tuvo un día sin fortuna
Lunes 20 de abril de 2015, p. 3
Guadalajara.
En un partido vibrante, intenso y reñido, la UdeG rescató un valioso empate 1-1 ante los Tuzos del Pachuca, y al cierre de la fecha 14 acaricia la salvación, sobre todo tras la derrota que sufrió el Puebla el sábado.
La lucha cobró intensidad desde las primeras acciones, al minuto 10 Christian Díaz corrió por el costado derecho y centró para segundo poste, donde apareció Rodolfo Vilchis para asestar potente cabezazo que se estrelló en el marco defendido por Óscar Pérez.
Un par de minutos más tarde Ariel Nahuelpán, punta de lanza de los visitantes, contempló el panorama y remitió un zurdazo desde fuera del área que no dio en el blanco.
A los 18 minutos de acción los Tuzos dieron vida al tablero. Tejieron un nuevo arribo por la derecha, el balón llegó hasta Nahuelpán, quien se dio una vuelta en el área grande confundiendo a los defensas que lo perseguían; una vez despejado el camino, el argentino dio pase a Érick Gutiérrez, quien estaba solo frente al marco y sólo tuvo que aplicar un toque al balón para decretar el 0-1.
Los universitarios, urgidos de puntos, acentuaron su ataque. Christian Díaz de nuevo se hizo presente con un excelente servicio al área, Juan Anangonó brincó y logró conectar con la cabeza, la pelota iba hacia la meta, pero el veterano Conejo Pérez voló de forma espectacular para desviar el balón y evitar la anotación.
El equipo hidalguense estuvo cerca de aumentar su ventaja al minuto 42 de acción, cuando Érick Gutiérrez aplicó una media vuelta, no obstante, su envío no llevaba dirección correcta.
En la parte complementaria los Leones Negros atosigaron al Pachuca con un martilleo incesante. Al minuto 46 Anangonó remató de chilena con tan mala suerte que el balón se estrelló en el poste derecho. El alarido ahogado empezó a ser una constante en las tribunas. Más tarde Fidel Martínez puso inmejorable servicio que Anangonó punteó tan sólo para confirmar que vivía un día sin fortuna: esta vez la pelota impactó en el larguero.
Marcelo Alatorre también hizo un intento para la causa local, aprovechó su estatura en un tiro de esquina; sin embargo, su cabezazo se fue por encima del travesaño. Otro clamor de frustración emergió desde las tribunas. Vilchis de nuevo acosó y soltó un trallazo que pasó cerca del poste izquierdo del Conejo Pérez.
Los Tuzos lucharon por desahogar su zona, Nahuelpán descolgó y dio centro retrasado que remató Hirving Lozano, el portero Humberto Gansito Hernández rechazó como pudo, tan sólo para dejar el balón a la deriva hasta que llegó el defensa Héctor Reynoso para reventar y alejar el peligro.
Al minuto 63 el tuzo Aquivaldo Mosquera recibió el segundo cartón amarillo tras asestar un codazo en el rostro a Christian Díaz, el juez de línea señaló la infracción y el central José Alfredo Peñaloza mandó al zaguero a las regaderas.
Enseguida hubo un connato de bronca, el cual no pasó a mayores, pero el técnico visitante, Diego Martín Alonso, de inmediato tapó el hueco, sacrificó a Hirving Lozano y metió a Heriberto Aguayo.
Después de tanto desgaste y fallas al frente, pero entonces con ventaja numérica, los Leones Negros se motivaron para continuar al acecho, arriesgándose inclusive a recibir otro tanto, pero finalmente consiguieron el empate al minuto 75.
Marc Crosas envió un largo pelotazo hacia Anangonó, quien desde la izquierda con la cabeza recentró para Fidel Martínez, que apareció por el centro, el ecuatoriano se elevó entre los zagueros y aplicó un cabezazo picado, Conejo Pérez se lanzó a la derecha sin poder alcanzar el balón, un defensa tuzo llegó en su auxilio, sólo que esta vez nadie pudo impedir que el esférico traspasara la línea de meta.
El festejo del empate fue la locura, una catarsis para el sufrido público de los universitarios que vivía el partido al borde de la butaca. El llamado Neymar ecuatoriano celebró también con gran efusividad.
Las emociones duraron hasta el pitazo final, porque Nahuelpán se brindó como los grandes, no se notaba que los hidalguenses estuvieran en desventaja, 10 contra 11. Al minuto 83 sacó un poderoso envío que interceptó el atento Gansito Hernández, luego el atacante de cabeza rasurada puso un centro que Hernández atrapó cerca de su poste derecho.
El último intento fue a la cuenta de Fidel Martínez, quien encaró al portero, se cambió el balón para dejarlo a tiro de su pierna zurda. Conejo Pérez muy atento ni parpadeaba y a pesar de sus 42 años se lanzó ágil y correcto para contener.