Sábado 18 de abril de 2015, p. 19
Ankara.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, condenó ayer la resolución del Parlamento Europeo (PE) que solicita a Turquía reconocer el genocidio
armenio de 1915, por considerar que la petición simboliza el aumento del racismo
en Europa.
Si quiere contribuir a la paz, el Parlamento Europeo no debería tomar decisiones que inciten al odio hacia cierta religión o grupo étnico
, declaró. Enfatizó: Este asunto va más allá de la cuestión turco-armenia. Es un nuevo símbolo del racismo en Europa
.
El jefe del gobierno también denunció la presencia, en el seno de la eurocámara, de diputados nacionalistas o de extrema derecha. Todos los grupos marginales de Europa han logrado hacerse de escaños en el Parlamento Europeo
, lamentó.
Mientras se acerca el centenario de la matanza de millón y medio de armenios cometida por el imperio Otomano en 1915, aumenta la tensión entre Turquía, que rechaza categóricamente la calificación de genocidio
, y los países e instituciones que insisten en definir como tal esas matanzas.
La matanza
Según Armenia, con la que coinciden numerosos historiadores y países, en 1915 tuvo lugar una campaña de eliminación sistemática que costó la vida a 1.5 millones de armenios, pero Turquía sólo reconoce la muerte de medio millón y asegura que murieron víctimas de grupos armados, deportaciones y hambruna. Para muchos, se trata del primer genocidio del siglo XX y que antecede al Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.
Mientras, en París, el primer ministro francés, Manuel Valls, presentó un plan de lucha contra el racismo y el antisemitismo, y denunció su progresión insoportable
en el país, para el que se destinarán 108 millones de dólares.
El racismo, el antisemitismo, el odio hacia los musulmanes, los extranjeros y la homofobia aumentan de manera insoportable
en Francia, dijo Valls al recalcar que su gobierno no dejará pasar
ningún acto de ese tipo. Frente a los extremismos nuestro deber es organizar una reacción
, afirmó.
El plan, prometido por el presidente François Hollande tras los atentados de París, incluye unas 40 medidas articuladas alrededor de la justicia, la escuela e Internet. La más emblemática es que las sanciones por declaraciones racistas estarán previstas en el derecho penal y no ya en el derecho de la prensa.