La medida, luego de que la isla sea borrada de la lista negra estadunidense
El impedimento es consecuencia directa del bloqueo comercial y financiero, dice La Habana
Miércoles 15 de abril de 2015, p. 15
Cuando el nombre de Cuba quede borrado finalmente de la lista de países patrocinadores del terrorismo
, según Washington –una medida que podría ser efectiva dentro de 45 días a partir del informe que el presidente Barack Obama envió ayer al Congreso–, otros impedimentos que dificultan las relaciones normales entre los dos países también podrán ser resueltos.
Uno de éstos es la imposibilidad de la Oficina de Intereses de La Habana en Washington de manejar cuentas y operaciones en algún banco estadunidense, a consecuencia directa de que el país caribeño fue mantenido rutinariamente en la lista negra de estados terroristas. Desde julio de 2013, el banco M&T, que tradicionalmente manejaba las cuentas cubanas, anunció que suspendería sus servicios. El gobierno cubano sostiene que esta medida, que afectó seriamente los servicios consulares durante dos años, es consecuencia directa del bloqueo comercial y financiero contra la isla.
El banco no confirmó ni negó lo anterior, pero lo cierto es que medio centenar de instituciones bancarias estadunidenses, a las que se solicitó el servicio, declinaron por temor a que, ante la ambigüedad de las regulaciones, sus instituciones pudieran eventualmente incurrir en alguna infracción y ser multadas.
Ello provocó que en julio de 2013 el consulado cubano en Washington suspendiera sus servicios al público. Se calcula que en Estados Unidos viven cerca de 350 cubanos o cubanoestadunidenses que van y vienen a su país y requieren renovar sus pasaportes cada dos años. De julio a noviembre de 2013 la Oficina de Intereses y el consulado sólo brindaron servicios de emergencia. A la fecha, las oficinas de Intereses de los dos países en Washington y La Habana, en funciones desde 1977 ante la falta de embajadas, operan los trámites consulares con dinero en efectivo.
Al salir de la lista de estados patrocinadores del terrorismo
–en la cual, por principio, nunca debimos estar
, según reclamó el presidente Raúl Castro ante Obama durante la séptima Cumbre de las Américas, recién efectuada en Panamá–, desaparece el riesgo y se abren las posibilidades para que el gobierno cubano maneje cuentas bancarias en Estados Unidos.
El Departamento de Estado incluyó a Cuba en la lista de países que según el gobierno de EU patrocinan el terrorismo
en 1982, alegando el respaldo cubano a los procesos revolucionarios de Centroamérica. En las revisiones anuales se mantuvo esa posición. En 2013, cuando los debates del Congreso sobre dicha lista se centraban principalmente en los temas de Al Quaeda y Hezbolá, sólo dos líneas referentes a Cuba impedían su salida: Ofrecer santuario a miembros de ETA y de las FARC
. Ya para entonces las FARC habían empezado el proceso de negociación con el gobierno de Colombia, justamente en La Habana.
Washington reclamaba a Cuba que el independentista puertorriqueño William Morales, quien cometió un atentado dinamitero en 1975 y fue condenado por una corte estadunidense, gozara de la protección del Estado cubano como refugiado a partir de que México se negó a extraditarlo. Pero Estados Unidos alberga a centenares de militantes de organizaciones militares anticastristas que cometieron decenas de atentados contra Cuba, incluido el octogenario Luis Posada Carriles, autor intelectual del atentado contra un avión cubano en 1976, en el cual fallecieron 73 personas.
Al figurar en la lista negra, al país señalado se le prohíbe comerciar armas e insumos militares. Pero también se le impide recibir asistencia económica y realizar operaciones financieras.
En la reunión que sostuvieron el sábado los presidentes Raúl Castro y Barack Obama acordaron que la primera etapa en el proceso para normalizar las relaciones, suspendidas desde 1959, tendría que resolverse el tema de la lista negra y el de la suspensión de actividades bancarias de la Oficina de Intereses.
Una vez resueltos esos dos problemas se entraría de lleno a la discusión sobre los temas estrictamente diplomáticos
encaminados a la apertura de embajadas en Washington y La Habana. En Panamá, el canciller cubano Bruno Rodríguez explicó en rueda de prensa, después del encuentro entre los dos mandatarios, que ambos expresaron interés en avanzar para encontrar terreno común y conforme a la Convención de Viena, respecto a las relaciones diplomáticas y el estricto cumplimiento de las leyes del país receptor
.
Cuando se haya avanzado lo suficiente en este tema empezará la segunda etapa, que será larga y compleja
, en la cual, explicó, Cuba abordará, entre otros, tres temas pendientes: el levantamiento del bloqueo estadunidense, el fin de la ocupación ilegal de la base militar de Guantánamo y la continuidad de programas relacionados con asuntos internos de Cuba.