Rechazan reforma constitucional para las demarcaciones
Miércoles 15 de abril de 2015, p. 21
Brasilia.
Unos mil 400 indígenas brasileños acamparon este martes en Brasilia para exigir la demarcación y un reconocimiento de sus tierras, que consideran amenazadas por un proyecto de enmienda constitucional que tramita el Congreso y podría cercenar sus derechos históricos.
Los actos de reivindicación se extenderán hasta el jueves y, durante su primera jornada, incluyeron el armado de grandes tiendas, danzas y música bajo el penetrante olor que se desprendía de maderas aromáticas. Al menos un centenar de grupos de todo el país han llegado a la capital para manifestar su repudio a las medidas contrarias a sus comunidades.
El primer objetivo de este campamento es denunciar el ataque sistemático a los derechos de los pueblos indígenas
, afirmó en rueda de prensa Sonia Guajajara, coordinadora de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil, agrupación que defiende los derechos de los pueblos originarios.
Estos diputados ruralistas, conservadores, que mandan e imponen las reglas en este país, también están dictando la muerte de los pueblos indígenas, porque nunca van a demarcar las tierras y con eso estarán firmando la sentencia de muerte
, añadió.
El principal reclamo es contra una posible modificación de la carta magna que debate el Congreso, que busca transferir del Poder Ejecutivo al Legislativo la competencia para demarcar tierras. Uno de los temores de los indígenas es que los legisladores permitan el uso de sus ricas tierras ancestrales para los negocios agropecuarios, la minería y la construcción de grandes emprendimientos.
Un operativo para desalojar a los ocupantes ilegales de un edificio que iba a ser un hotel de lujo para los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro desembocó en caos el martes, cuando la policía entró a la fuerza al lugar y los invasores prendieron fuego.
Los más de 100 invasores habían aceptado abandonar el edificio por su cuenta, pero mientras lo hacían la policía antimotines irrumpió y empezó el desorden. Los invasores prendieron fuego en dos zonas dentro del inmueble, y los bomberos batallaban para apagarlos.