Han sido asesinados 10 sacerdotes y dos están desaparecidos
Martes 14 de abril de 2015, p. 22
La violencia hacia los sacerdotes en México ha aumentado 400 por ciento en los dos primeros años del presente gobierno, pues con el asesinato de Francisco Javier Gutiérrez Díaz, de la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo, cometido el lunes 6 de abril, suman 10 los religiosos ultimados, y dos se encuentran desaparecidos.
El Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (Siame) indicó que de acuerdo con los datos del más reciente reporte de homicidios contra clérigos del Centro Católico Multimedial (CCM), que dirige Sergio Omar Sotelo Aguilar, la tendencia de atentados contra sacerdotes sigue al alza, al registrarse un aumento de 120 por ciento tan sólo en los primeros cuatro meses del tercer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en comparación con todo el tercer año de la administración anterior.
Sotelo destacó que sólo en los dos primeros años de gobierno 10 sacerdotes perdieron la vida y dos están desaparecidos, y lo más preocupante es la manera muy violenta en que han sido asesinados
.
Muestra de esta situación, señala el Siame, es el caso de Francisco Javier Gutiérrez Díaz, de 60 años, cuyo cuerpo fue encontrado la noche del martes 7 de abril con impactos de bala en la cabeza, abandonado por sus agresores a la orilla de un camino cercano a los poblados de Ojo de Agua de Ballesteros y San Nicolás de la Condesa, en el municipio de Salvatierra, Guanajuato.
De acuerdo con el balance general del CCM, en los pasados 25 años han ocurrido 50 atentados contra miembros de la Iglesia católica, en los cuales 48 agentes pastorales fueron asesinados arteramente y dos se encuentran desaparecidos.
La lista de estos crímenes, perpretados entre 1990 y 2015, incluye un cardenal, 36 sacerdotes, un diácono, cuatro religiosos, cinco laicos y una periodista católica.
En diciembre del año pasado fue encontrado el cuerpo de Gregorio López Gorostieta con un impacto de bala en la cabeza. Personas armadas lo secuestraron el 22 de diciembre en el Seminario Mayor La Asunción, a las afueras de Ciudad Altamirano, en las faldas del cerro Chuperio; al no morir de forma inmediata por el disparo, fue asfixiado.
Ante estos hechos tan dolorosos, resumimos que la población en México vive serias dificultades de seguridad en distintas zonas geográficas del país. En particular, los ataques contra religiosos en lo que va de la presente administración del presidente Peña Nieto son una clara manifestación del incremento de este fenómeno que lastima a todo el país. La muerte de un mexicano, sea cual sea su función en el mundo, lastima a todos
, concluye el informe del Centro Católico Multimedial.