Opinión
Ver día anteriorMartes 14 de abril de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Andanzas

Les Ballets Jazz de Montreal

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articipó en el reciente Festival del Centro Histórico 2015 el grupo canadiense de danza contemporánea Les Ballets Jazz de Montreal, ampliamente reconocido en Europa, con tres funciones en el Teatro de la Ciudad, con resonado éxito.

Su presencia en México, con teatro a reventar, mostró esencia y madurez de contenidos en temas importantes de la contemporaneidad. Su solidez conceptual pertenece a un arte maduro, de sólida técnica académica, precisa y limpia, así como absoluto dominio del escenario y clara conciencia de nuestro tiempo histórico, todo lo cual, de entrada, interesó sobremanera al público asistente, pendiente del menor detalle y ansioso por descubrir cada evolución y sorpresa de tan espléndido grupo de artistas, asesorados artísticamente por Louis Rovitaille.

La compañía, a través de sus discursos corporales, coreográficos y musicales, se ubica en la vanguardia de la danza contemporánea, llamada de tal modo hace tanto tiempo, pero con toda razón, pues siempre la danza contemporánea parece ir asimilando constantemente, aun en el salto del nuevo siglo, el impacto de lo fresco, madurado en siglos de trancisión.

Lez Ballets Jazz de Montreal, con tres interesantísimas obras, conquistó al público del Teatro de las Ciudad. La primera, Zero in on, del coreógrafo Cayetano Soto; Rouge, de Rodrigo Paderneiras, con la formidable música de los hermanos Grand, y Harry, de Barak Marshal, de largos 40 minutos, todos ampliamente gratificados con el aplauso del público entusiasmado.

Sin embargo, fue la obra Rouge la que ganó el ánimo de la audiencia, pues caló al público con su danza genuina y fluida, e impactante música, que integra un tema importante, emocional y auténtico, pues se trata de la tierra, de la gente que la trabaja y le pertenece, aquellos de increíble fuerza y determinación, cuya anónima presencia preña a la tierra con sudor y lágrimas, tema harto sensible para los latinoamericanos.

Del grupo de bailarines emanaba el poder milenario, inagotable e infinito del trabajo, esencial de la vida, la siembra y la cosecha, rodeada por aquella música y su increíble ritmo.

Rouge es una obra perfectamente diseñada y planteada en su mensaje, sin panfleto ni alaridos, que logra transportarnos al brutal ritmo de la producción humana en el rito amoroso de la tierra y sus frutos, el verdadero centro de la existencia, el invaluable esfuerzo por vivir.

Rouge fue la simbiosis extraordinaria de la idea, el concepto el diseño, la estructura de los movimientos y todo nadando, flotando, en aquel ritmo endiablado de los hermanos Grand, que prendió el aplauso y el corazón entusiasmado de un público entregado. Una obra que verdaderamente hizo touché en la programación de esta versión del Festival Centro Histórico 2015.