Que sean menos asistentes no resta importancia al movimiento, dice
Martes 14 de abril de 2015, p. 29
Río de Janeiro.
El vicepresidente brasileño Michel Temer dijo este lunes que el gobierno presta atención a las manifestaciones opositoras y que la caída en la concurrencia a las protestas no resta importancia al movimiento.
La marcha más grande para exigir juicio político a la presidenta Dilma Rousseff reunió a 100 mil personas en la principal avenida de Sao Paulo, bastión de la oposición, según datos oficiales. Sin embargo, el número fue menos de la mitad de lo que reunió hace un mes.
El gobierno necesita identificar cuáles son las reivindicaciones y atenderlas. Es lo que el gobierno hace ahora
, declaró Temer.
Además de Sao Paulo, otras ciudades como Río de Janeiro y Brasilia reunieron a decenas de miles de manifestantes, de acuerdo con estimaciones de la policía. La sociedad expresó su indignación por el escándalo de corrupción en la estatal Petroleo Brasileiro (Petrobras) que implica al gobernante Partido de los Trabajadores y a partidos aliados. Muchos también se manifestaron contra el aumento de impuestos, la inflación y el débil crecimiento en la economía.
Rousseff convocó este lunes a varios de sus ministros y al vicepresidente, pero el gobierno aún no ha revelado el motivo de la reunión.
La presidenta entra al cuarto mes de su segundo mandato con la popularidad por el suelo. Tiene un índice de aprobación de 13 por ciento y la mayoría cree que tenía conocimiento de los sobornos por más de 800 millones de dólares en contratos sobrevaluados que Petrobras celebraba con las principales constructoras del país. Rousseff no ha sido acusada ni es investigada, aunque dirigió el consejo de administración de la petrolera de 2003 a 2010.
Analistas presagian que la pérdida de fuerza en el movimiento contra Rousseff puede deberse a la falta de una visión clara entre los organizadores.
Las manifestaciones no apuntan hacia el futuro. Sin proyecto y sin liderazgo es más difícil mantener el ímpetu y movilizar a las personas
, señaló Carlos Melo, profesor de ciencias políticas de la escuela de negocios Insper. El gobierno busca ganar tiempo: reducir la presión en las calles y apostar en la velocidad y la eficiencia de los ajustes en el gobierno
, agregó.
Melo sostuvo que aún es posible ver una repercusión mayor si el escándalo de corrupción en Petrobras crece y la economía empeora.