Ante el espionaje de EU, el narrador señaló la cobardía política
de Angela Merkel
Martes 14 de abril de 2015, p. 5
Berlín.
Günter Grass fue elogiado por sus compatriotas, pues ayudó a revivir su cultura tras la Segunda Guerra Mundial, así como dar voz y apoyo al discurso democrático en la nación de posguerra.
No obstante, esa imagen de referente moral se resquebrajó cuando publicó Pelando la cebolla en 2006, su libro de memorias, en el cual reveló que durante su adolescencia sirvió en las Waffen-SS, el brazo de combate de la conocida organización paramilitar de Adolf Hitler.
El dato irritó porque el escritor lo ocultó durante más de 60 años. Sus críticos lo acusaron de ser un impostor que dictó lecciones de moral a otros alemanes con una historia similar.
En 2012 recibió fuertes críticas en su país y fue declarado persona non grata por Israel tras la publicación de un poema en prosa, Lo que hay que decir, que describe la hipocresía de Occidente
por el programa nuclear de Israel, país al que calificó de amenaza a la ya frágil paz mundial
por su beligerancia contra Irán.
Sin embargo, los comentarios adversos jamás lo contuvieron para expresar sus verdades; en noviembre de 2013, Grass acusó de cobardía política
a la canciller Angela Merkel por su reacción al espionaje estadunidense y pidió que Alemania diera asilo al informante Edward Snowden, quien destapó el escándalo.
La señora Merkel es cobarde en sus políticas. No está en condiciones de ejercer la soberanía alemana que tenemos desde la reunificación
, dijo el novelista a Dpa.
El autor de El tambor de hojalata advirtió a sus compatriotas una y otra vez acerca de los peligros del racismo. Jamás dejó de temer que Alemania pudiera volver a la senda que la llevó al terror de la Segunda Guerra Mundial.
No debe suceder que mis hijos o nietos tengan que sufrir el estigma de ser alemán
, dijo tras ganar el Nobel, pero estos niños que nacieron muchos años después de esos hechos también tienen su parte de responsabilidad para asegurarse de que esas cosas nunca vuelvan a suceder
, añadió.
Y detonó polémica, cuando rechazó la reunificación del país tras la caída del Muro de Berlín.